Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

15.8.18

El combate espiritual: no dejarse llevar por los deseos


- Dos reglas para vivir en paz. -

Aunque el que vive conforme a las indicaciones que se han propuesto está siempre en paz, todavía quiero en este último capítulo darte dos reglas, que si las observas, vivirás quieta cuanto es posible en esta miserable vida.

La una es que atiendas, con todo el cuidado que te fuere posible, a cerrar la puerta de tu corazón a todos los deseos; porque has de advertir que el deseo es el leño largo de la cruz y de la inquietud, el cual será grave y pesado según la grandeza del deseo. Y así, si el deseo fuere de muchas cosas, también serán mayores, más graves y en mayor número los leños preparados para muchas cruces.




Después sobreviniendo impedimentos y dificultades en la ejecución del deseo, se forma el otro leño que atraviesa la cruz, en la cual queda clavado el deseo. Así, pues, el que no quisiere cruz, no desee, y cuando se hallare en alguna cruz, deje el deseo; que en el mismo punto que lo dejare descenderá de la cruz.

La otra regla es que, cuando te hallares molestada y ofendida de tu prójimo, no te entregues a la consideración del agravio, imaginándote que no debiera hacerse esto contigo, ni des lugar a pensar quién es él o piensa ser, u otras cosas semejantes, las cuales no son sino cebo y fomento de la ira, de la indignación y del odio; sino que recurre luego en estos casos a la virtud y a los preceptos de Dios, para que sepas lo que debes obrar, a fin de no incurrir en mayores faltas que los mismos que te han ofendido, y de hallar el camino de la virtud y de la paz.

Considera también que si tú misma no haces contigo lo que debes, ¿qué maravilla es que los otros no hagan lo que deben contigo? Y si te complaces en la venganza de los que te ofenden, primero debes tomarla de ti misma, pues no tienes otro enemigo que más te ofenda ni te haga mayor daño que tú misma.

- Fin del libro "El combate espiritual", Tratado Primero, por Lorenzo Scúpoli, C. R.-


Lorenzo Scúpoli C. R. | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com