Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

21.8.18

De las virtudes y de los vicios: Trabajo


El Trabajo es hijo de la Mortificación y necesario para la vida y felicidad del hombre sobre la tierra. Es una necesidad, repito, a la vez que una virtud de infinitos méritos.

En la vida espiritual es indispensable, pues el alma casi no da un solo paso sin Trabajo y sin Vencimiento, pues el Vencimiento es hermano del Trabajo.

El alma que no trabaja no medra en la vida espiritual; el alma floja y perezosa jamás se adelantará nada en su favor, pues toda gracia implica trabajo, mucho y constante.




Hay almas que entusiasmadas superficialmente con el brillo de la virtud, emprenden el camino de la vida espiritual; mas a poco andar se sientan a descansar y en vez de proseguir vuelven atrás, porque el camino espiritual es en su mayor parte empinado, y el alma que no se sostiene con el esfuerzo resbala y a veces va a dar hasta el profundo abismo de los vicios. El trabajo, pues, para que sea fructuoso, debe ir siempre acompañado de la Constancia.

Pero existe un Trabajo espiritual perfecto el cual es sobrenatural, o el alma lo sobrenaturaliza con sus santos esfuerzos. Consiste este Trabajo espiritual perfecto en abrazarse sin vacilación, con perseverancia y por puro amor de Dios, a todo lo que repugna a la naturaleza, por duro que sea.

Este trabajo es el que diviniza, es el que merece y alcanza.

Esta virtud produce muy copioso fruto para el alma, puesto que en ella se puede ejercitar toda la vida y a todas horas. Aquí campea la Mortificación, su madre, y aún la Pureza de intención.

¡Cuánto se complace el Espíritu Santo en el Trabajo santificado o sobrenaturalizado, ya sea en el orden material, ya de una manera especial en el orden espiritual.

Los enemigos del Trabajo son todos los vicios, principalmente la Pereza; pero la Actividad, o el Amor activo la derroca y vence.

Esta Virtud no descansa ni puede descansar; lleva la Lucha consigo, y esta Lucha es su espada y su victoria.

Feliz el alma que en este Trabajo santo emplea los días de su carrera mortal: descansará eternamente en el seno purísimo de Dios en recompensa de sus fatigas, fidelidad y constancia.

v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com