Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

24.7.18

De las virtudes y de los vicios: Rencor


El Rencor es hijo de Satanás y hermano de la Venganza. Los alimenta un mismo seno emponzoñado y además de ser hermanos, son compañeros inseparables.

El corazón en el cual se alberga el Rencor lleva también consigo la Venganza.

El Rencor es una pasión, la cual además de ser anticristiana, es innoble y de muy bajos y degradados corazones.




Existen almas las cuales, o por consideraciones sociales, respetos humanos, o cuestiones de conveniencias, aún más si son timoratas, hasta por no manchar su conciencia ¡hipócritas!, prescinden exteriormente de la Venganza y se abstienen de cometerla. Sin embargo, en estos corazones anida el Rencor, y lo acarician, y se gozan en él, apurando su mortal veneno sin imaginarlo ni sentirlo.

¡Qué desgraciadas son estas almas! Pecado y muy grande llevan consigo: pecado de fatales consecuencias y terribles daños. Estas almas quitan las hojas y dejan al árbol que las produce; quitan el fruto del Rencor, el cual cuando se abriga en el corazón, por más oculto que se le tenga, crece, se desarrolla y fructifica. Del Rencor a la Venganza hay un solo paso: son dos hermanos y compañeros, repito, que siempre caminan de la mano.

¡Yo soy el Dios de Misericordia! ¡Yo soy la víctima pura y santa que se sacrifica por el hombre para hacerlo feliz! Yo soy el Dios de Bondad, el Dios de Paz, el Dios del Perdón, y odio, y detesto, y aborrezco el corazón del rencoroso, del que no perdona totalmente a su hermano, del que lleva guardada en su alma la ponzoñosa baba del Rencor. ¿Qué importa que ese Rencor esté oculto entre los pliegues más íntimos del alma, si existe? Y aunque pase desconocido a toda mirada humana, Yo lo veo, y a Mí me está ofendiendo, y mis divinas leyes está quebrantando. ¡Ay!, y, ¡cuánto de esto hay en el mundo! ¡Cuántos rencores existen, aun en los que se llaman Míos! ¡Cuántas miserias de su clase envenenan a millares de corazones! ¡Oh Rencor maldito! Vicio hipócrita que te escondes en lo más íntimo del corazón humano. Yo te aborrezco.

Mas, ¿cuál es la causa del Rencor y de dónde viene que haga su nido en el corazón del hombre?

La causa está en que no impera en el hombre la Cruz, porque el alma que lleva consigo la Cruz, lleva consigo todas las virtudes.

Frutos del árbol precioso de la Cruz son el Perdón, la Caridad, la Paciencia y la Humildad.

El alma crucificada no es rencorosa; el alma que me ama perdona de corazón; el alma que de verdad es mía, lleva en su seno la más pura caridad del prójimo. Al contrario, el alma rencorosa es soberbia, iracunda, colérica y vengativa. Este corazón jamás ni siquiera entenderá la vida espiritual; mas aunque se cubra con el espeso velo de la más solapada hipocresía lleva en su seno el veneno, y sus frutos serán dignos de tal árbol.

El alma rencorosa es una serpiente con la piel de seda; es un lobo en forma de cordero; es la Hipocresía personificada. Esta alma está dispuesta para todos los vicios. Su remedio solamente está en la Contrición, en la Humildad y en la Crucifixión.

v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

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