Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

14.6.18

El combate espiritual: tipos y formas de oración mental


- Qué cosa es la oración mental. -

Oración mental es una elevación del espíritu a Dios, con actual o virtual súplica de lo que de seamos.

La actual se hace cuando con palabras mentales se pide a Dios alguna gracia en esta o semejante forma: "Señor mío y Dios mío, concededme esta gracia para honra y gloria vuestra"; o de este otro modo: "Dios mío, creo firmemente que será de vuestro agrado y de vuestra gloria, que yo os pida y alcance esta gracia: cúmplase, pues, en mí, vuestra divina voluntad".

Cuando te hallares combatida por tus enemigos, orarás así: "Ayudadme presto, Dios mío, para que no me rinda a mis enemigos". O de este modo: "Dios mío, refugio mío, fortaleza mía, pues veis mi fragilidad y flaqueza, socorredme prontamente para que no caiga".

Si continuare la batalla, prosigue orando de la misma forma, resistiendo siempre animosamente al enemigo, que te hace la guerra.




Después que se hubiere pasado lo fuerte del combate, vuélvete al Señor, y pidiéndole que considere de una parte las fuerzas de tu enemigo, y de otra, tu suma flaqueza, le dirás: "veis aquí, Señor, a vuestra criatura; veis aquí la obra de vuestras manos; veis aquí el alma que Vos habéis redimido con vuestra preciosa sangre; mirad cómo vuestro enemigo os la procura robar para perderle. A Vos, Dios mío, recurro; en Vos solo pongo mi confianza; porque Vos solo sois infinitamente bueno, e infinitamente poderoso. Vos conocéis mi debilidad y la prontitud con que caeré en manos de mis enemigos sin el socorro de vuestra gracia. Ayudadme, pues, oh dulce esperanza mía, única fortaleza de mi alma".

La súplica virtual se hace cuando elevamos nuestro espíritu a Dios para obtener alguna gracia, representándole nuestra necesidad, sin decir palabra alguna, ni hacer otra consideración; como cuando yo elevo la mente a Dios, y en su presencia reconozco que de mí mismo no soy capaz de defenderme del mal, ni de obrar el bien, y encendido de un ardiente deseo de servirle, fijo la vista en su Bondad, esperando su socorro con humildad y confianza. Este conocimiento de mi flaqueza, este deseo de servir a Dios, y este acto de fe, producido en su divina presencia, es una oración con que virtualmente pido lo que necesito; cuanto más puro fuere el conocimiento, cuanto más abrasado el deseo, y cuanto más viva la fe, tanto mayor será la eficacia de la oración para obtener la gracia suspirada.

Hay también otra especie de oración virtual más reducida y breve, la cual se hace con una simple vista del alma, que expone a los ojos del Señor su indigencia para que la socorra y esta vista no es otra cosa que un tácito recuerdo y súplica de aquella gracia que anteriormente le hemos pedido.

Es necesario, hija mía, que te acostumbres a esta especie de oración, y que te la hagas muy familiar para servirte de ella en todo lugar y tiempo; porque la experiencia te mostrará que así como no hay cosa más fácil, tampoco la hay más útil ni más excelente.

Lorenzo Scúpoli C. R. | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

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