Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

21.8.17

El ejemplo de Juana Bautista de Santa Teresa


La venerable madre Juana Bautista de Santa Teresa, de la ciudad de Nápoles, fue tiernísima devota de las ánimas del Santo purgatorio, y siendo religiosa en el convento de San José, en el que entró con gran deseo de servir al Señor perfectísimamente, dejando muchas ventajas que le ofrecieron en otros conventos (entre los que se encontraba uno fundado por sus abuelos), era penitente, humilde y muy aplicada a la oración, y salía de estar orando tan encendida de amor de Dios, que contagiaba a las demás religiosas.

Siendo priora (cargo que ocupó dos veces), ordenaba hacer rogativas por ellas, y ella misma cuanto hacía todo lo aplicaba al beneficio de las ánimas del purgatorio. Las ansias de padecer fueron grandes, con el fin de imitar en algo al Señor Crucificado, y de aliviar con su padecer las ánimas, y el Señor la consoló con imposibilitarla de una pierna, y por siete años estuvo recluida en una celda, la mayoría de las noches sin poderse consolar debido a la violencia de los dolores, y decía con edificación de todos que era muy poco lo que padecía respecto a lo que merecían sus culpas: "oh, Señor, enviad a mi corazón una centellita del amor que os tuvo esta inocente alma, para que yo os ame como debo".

18.8.17

Varias jaculatorias con indulgencias


· Alabado sea Jesucristo. R.: Sea por siempre alabado. [Veinte y cinco días de indulgencia cada vez que se rece devotamente esta jaculatoria, y cien días si se reza con varias personas -en este caso uno empieza la jaculatoria, y el resto da la "R" -respuesta-. Si se tiene la costumbre entre varias personas de saludarse de esta forma, se ganará indulgencia plenaria a la hora de la muerte, aunque en ese momento no pueda decirse pero se haga mentalmente con el corazón contrito].

· Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús, José y María, espire en paz con Vos el alma mía.

[Indulgencia de cien días para todas las veces que se reze cualquiera de las tres jaculatorias, y de trescientos días si se rezan todas].

| Redacción: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

17.8.17

La venerable Catalina de Cardona (o la española "Francisco de Asís" ignorada)


Ya hemos hablado en otras ocasiones de Catalina de Cardona, una ermitaña que decidió salir de su vida acomodada para vivir en la más absoluta soledad en una ermita. Si esta virgen que decidió retirarse de su vida opulenta a la soledad y pobreza, renunciando a todo y eligiendo a la miseria por compañera, hubiera vivido en tiempos de Asís en Italia, o fuese hombre, probablemente fuese tan admirada como el mismo San Francisco. De hecho, ni tan siquiera es considerada beata (su título actual es de venerable) por la Iglesia. Se cuenta que en una ocasión en que las puertas del palacio donde vivía estaban cerradas, perseveraba orando para que Dios la liberase del demonio, el mundo, y la carne. Estando en esta oración, vio que la cruz que al cuello solía llevar se quedaba suspendida en el aire, y dándole la espalda a ella, se fue hacia la ventana mientras Catalina oía una voz que le decía: "sígueme".

Ella se puso en pie, y de improviso se vio en la calle, sin saber cómo había llegado allí porque la ventana de su estancia estaba cerrada, y tenía rejas. Se dirigió hacia unos ermitaños que conocía (el padre Piña), y tras conocer el episodio de su huida, le cortaron los cabellos, le pusieron un hábito de ermitaño, a lo cual ella clamó:

"No más flaquezas, no más miedos: esta es voluntad de la mano del Excelso: esperemos, pues, en Él, corazón mío, lo que falta, no me dejará en el mayor aprieto". Conviene no olvidar que en aquellos tiempos que una mujer hiciera vida de ermitaña era algo inusual, se pensaba que no estaba hecha para ellas ese tipo de sacrificios porque su naturaleza "más débil" no podría sobrellevarla. Por eso, muchas de las que querían tener una vida retirada se hacían monjas o religiosas en conventos, para vivir en comunidad, y los solitarios eran, la gran mayoría, hombres.

16.8.17

Jaculatorias a Santa María, con indulgencias


Tal y como os pusimos algunas de las jaculatorias a Jesucristo con indulgencias, añadimos ahora jaculatorias a Nuestra Señora la Virgen María, también con indulgencias:

· Sea bendita la santa e inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. [Cien días de indulgencia todas las veces que se rece devotamente].

14.8.17

Por una leve falta, un duro sufrimiento


No hay otra cosa más agradable a Dios, que obrar (como dice Santo Tomás) por los difuntos que en el purgatorio padecen, pues como cautivos, y peregrinos ansiosos, ya no trabajan, ni labran las tierras de sus almas para coger el fruto de las buenas obras, que necesitan para el camino que tienen que hacer, y a lo que a ellos les falta suplen los fieles con obras buenas, y las que ellas más desean son las virtudes en que ellas viviendo faltaron, y declararon muchas veces este deseo.

Lo que nos parece poca cosa o sin importancia en esta vida, puede suponer una gran carga en la otra. Infestada de peste la villa de Belpuch, que a pocos pueblos de España perdonó en el año de 1599, llegó a tanto extremo de necesidad que vio lastimosamente morir muchos de sus vecinos sin el socorro de los Santos Sacramentos. Informado de esto el Rector del Colegio de Lérida en Cataluña, que no dista mucho de dicha villa, propuso a la comunidad que gran servicio sería al Señor, y edificación del mundo, el sacrificarse en aquella ocasión por el bien espiritual de sus hermanos. Causó en todos tal emoción, que cada uno quisiera ser el primero, por lo que el rector decidió que, después de haber tenido un largo rato de oración, señalaría lo que su Divina Majestad le inspirase.