El Perdón es una virtud que nace del Sacrificio y de la Generosidad.
Esta virtud sublime tomó en la Cruz el ser divino: ahí, clavado Yo en la Cruz se lo di, y al mismo tiempo le di la Fortaleza y la Energía para que se sostuviera.
El Perdón es una producción de amor divino que obliga al alma a olvidar los agravios recibidos, y aún más: a no manifestarse ofendida.