La Paciencia tiene algo de la Humildad, pero la da el Espíritu Santo: esta virtud es tan grande que hace fuerza al mismo cielo, y crece con el Sacrificio.
La Paciencia espiritual perfecta es una virtud bellísima e indispensable para caminar en la vida interior. Destaca esta virtud entre muchas otras, y el alma que en ella persevera tiene un gran premio en el cielo.
Esta virtud tiene tres grados perfectos prácticos y de gran mérito a los ojos de Dios.