La Ociosidad es hija de la Pereza y muy amada de su madre. Es también la Ociosidad un mal universal y siempre de funestas consecuencias. La Ociosidad lleva en su seno el germen de todos los vicios, y las pasiones de desenvuelven, se desarrollan y crecen dentro del corazón del ocioso.
Todo mal tiene cabida en la Ociosidad, la cual aleja del alma que la lleva consigo la Tranquilidad y la Paz. Estas virtudes al parecer quietas, son guerreras, y la lucha del alma, y el Vencimiento, y el Dominio propio las causan y producen. Con la Ociosidad pasa todo lo contrario: su inercia la pierde, y hace infeliz al corazón que la posee.