La Infidelidad es hija de la Inconstancia, aunque el veneno de la Infidelidad es más fino que el de la Inconstancia.
Ambos vicios proceden de la maldita Disipación que los engendró y continúa presentándoles su maléfica sombra.
La Infidelidad es la muerte del alma, porque el Espíritu Santo se aleja con sus Gracias y Dones del espíritu infiel. La Infidelidad es más culpable que la Inconstancia, porque la Inconstancia se refiere al trabajo en adquirir los bienes, y la Infidelidad se refiere a los bienes recibidos y alcanzados.