La Imprudencia es hija de la Precipitación y de la Ligereza. Este defecto de la Imprudencia que raya en vicio, recorre en la vida ordinaria y en la espiritual un campo muy extenso. Un alma que lleva consigo a la Rectitud y al Reposo en sus actos y en sus pensamientos, no es imprudente. El alma recta y reposada mide sus palabras y sus actos, y nunca tiene de qué arrepentirse.
La Imprudencia es un traspasamiento de los límites del Orden, en cualquier sentido que sea. La Imprudencia es a veces fruto del fervor creciente, pero aun ésta es reprochable porque se aparta de los límites de la Rectitud y de la Razón.
Existen muchas clases de Imprudencias en la vida del hombre, en lo material y en lo espiritual.