La Duda es hija de la Soberbia y hermana de la Inquietud y de la Ceguera. Es un desorden que existe en el entendimiento del hombre del cual pasa a la voluntad, alimentado con el Orgullo.
Las Dudas voluntarias y consentidas en materia de fe, son pecados de los más graves que existen sobre la tierra, a los cuales Yo más rechazo, porque van amasados con el amor propio del hombre.