El Cansancio es hijo del Fastidio y una tentación que ha detenido en el camino del espíritu a multitud de almas.
Satanás lo maneja con mucha astucia y cuando logra que se apodere de alguna alma, ésta se puede contar por perdida si una gracia muy grande no viene a arrancarla de sus infernales garras.
El Cansancio espiritual, y aun a veces el corporal, es puramente tentación y artificio del demonio para desanimar a las almas y hacerlas perder méritos. ¡Cuántas carreras emprendidas por almas valientes y esforzadas, ha cortado esta terrible y dañina tentación del Cansancio!