JESÚS. -La Afectación es hija del Amor propio y de la Hipocresía.
Es un vicio ridículo y odioso, propio tan sólo de los cortos entendimientos y de las almas hipócritas. La Afectación es su compañera inseparable, más aún, tiene muy cercano parentesco con aquel repugnante terno de la Presunción, Pedantería y Pretensión. Todos llevan la misma sangre de la Soberbia y del Orgullo.
Las virtudes hermosísimas de la Simplicidad, Sencillez y Franqueza se encuentran muy lejos del alma que lleva consigo a la Afectación.
La Llaneza, la Sinceridad y la Caridad, jamás llegan a sus puertas.
La Afectación tiene su comercio y trato con la Falsedad, la Doblez y la Mentira. La Afectación me da en rostro y jamás inclino mis ojos al alma hipócrita y afectada.
La vida espiritual no puede existir en una alma afectada, o que lleva en su ser la Afectación; porque la vida espiritual está en contraposición completa de lo falso, engañoso e hipócrita. Uno de los fundamentos de la vida espiritual es la Sencillez unida a la Obediencia ciega. Y la Afectación ni es sencilla ni obediente, sino todo lo contrario; ella lleva consigo íntimamente unidos a la Soberbia, que se opone totalmente a la Obediencia, y a la Hipocresía, enemiga de la Sencillez.
¡Oh!, ¡cuánto me repugna una alma afectada! ¡Amo tanto a la Simplicidad, a la Sencillez y a la Caridad!
El remedio para la Afectación está en la meditación constante de la miseria del hombre y de su nada, y en la práctica continua de la Humildad. Necesita el alma que desee sacudir tan odioso vicio comenzar por descubrir su pecho con valor y enseñar a un confesor espiritual y santo todos sus pliegues y dobleces, por más asquerosas que sean las llagas que en ellos se encuentren. El Vencimiento propio debe campear aquí, destruyendo el hábito de la afectación con las virtudes de la Sinceridad, Claridad, Llaneza y Sencillez.
v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario