Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

7.5.18

El combate espiritual: el lamentable estado de la víctima cegada por el pecado


- De los artificios que usa el demonio para acabar de perder a los que tiene ya en la servidumbre del pecado. -

Cuando el demonio llega a tener un alma en la servidumbre del pecado, no hay artificio de que no se valga para cegarla más, y divertirla de cualquier pensamiento que pueda inducirla al conocimiento del infeliz estado en que se halla. No se contenta este espíritu de iniquidad con removerla de los pensamientos y buenas inspiraciones que la llaman a la conversión; mas procura empeñarla en las ocasiones, y le tiende continuamente peligrosos lazos, a fin de que caiga de nuevo en el mismo pecado o en otros más enormes; de donde nace que destituida de la divina luz, aumente de día en día sus desórdenes, y se endurezca más en el pecado. De esta suerte, corriendo continuamente sin ningún freno a la perdición, y precipitándose de tinieblas en tinieblas, y de abismo en abismo, se aleja siempre más del camino de la salud, y multiplica sus caídas si Dios no la detiene con un milagro de su gracia.

El remedio más eficaz y pronto para el que se halla en tan triste y funesto estado es que reciba sin resistencia las inspiraciones divinas que lo llaman de las tinieblas a la luz, y del vicio a la virtud; y que clame fervorosamente a su Creador: "¡Ah Señor, asistidme, asistidme: acudid prontamente en mi socorro; no permitáis que viva más tiempo sepultado en la sombra de la muerte y del pecado!". Repita muchas veces éstas o semejantes palabras, y si le fuere posible, acuda luego a su padre espiritual para pedirle ayuda y consejo contra su enemigo; pero si no pudiere ir luego a su padre espiritual, recurra prontamente a un Crucifijo, postrándose a sus sacratísimos pies, con el rostro en tierra; y alguna vez a María santísima, implorando su misericordia y su ayuda. Y sabe, hija mía, que en esta diligencia consiste la victoria, como verás en el capítulo siguiente.

Lorenzo Scúpoli C. R. | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

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