Desprecio de los bienes mundanos

13.4.23

La mañana del Domingo



Los discípulos estaban encerrados, sin salida, la mañana del domingo, porque el miedo a los judíos, la traición del amigo, el fracaso del proyecto, la muerte implacable..., aprietan el pecho, paralizan el cuerpo y cierra la vida como piedra de sepulcro.

Los discípulos estaban encerrados. Entró Jesús y abrió de par en par el miedo a la alegría, la traición al encuentro, el fracaso a la comunidad, y la muerte a la vida.

Rompió los cerrojos de la puerta y del espíritu.
Y la comunidad se abrió a la vida nueva.

12.4.23

"Subida al Monte Carmelo" y "Noche Oscura", de San Juan de la Cruz, actualizada (y206)



CAPÍTULO 25
De manera breve se explica la tercera poesía.

Poesía 3ª:

En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.


Explicación:

1. Continuando todavía el alma la metáfora y semejanza de la noche temporal en comparación con esta noche suya espiritual, va todavía contando y engrandeciendo las buenas propiedades que hay en ella, y los inigualables tesoros que por medio de ella halló y llevó, para que de la manera más breve y segura posible consiguiese su deseado fin. De las mencionadas propiedades aquí muestra tres:

2. La primera, dice, es que en esta dichosa noche de contemplación lleva Dios al alma por tan solitario y secreto modo de contemplación ("...en secreto, que nadie me veía..."), y tan remoto y ajeno del sentido, que ninguna cosa perteneciente al mismo sentido, ni ninguna influencia ni toque de criatura alcanza a llegarle al alma, de manera que no pudiese ser estorbada de ellas ni la detuvieran en el camino de la unión de amor.

3. La segunda propiedad que encontramos es que por causa de las tinieblas espirituales de esta noche -en la cual todas las potencias de la parte superior del alma están a oscuras-, no mirando el alma ni tampoco pudiendo mirar en nada, no se detiene en nada fuera de Dios para ir a Él, por lo tanto va libre de los obstáculos de formas y figuras y de las aprehensiones naturales, que son las que siempre suelen empachar el alma para que no se una con el ser de Dios.

4. La tercera propiedad es que, aunque ni va apoyada con alguna particular luz interior del entendimiento, ni con guía alguna del exterior para recibir satisfacción de esa luz o guía en este elevado camino (ya que estas oscuras tinieblas la tienen privada de todo esto), sin embargo el solo amor que en este tiempo arde -en la solicitud de su corazón por el Amado-, es el que guía y mueve al alma entonces, y la hace volar a su Dios por el camino de la soledad, sin ella saber cómo y de qué manera se desenvuelve por él.

Se sigue el verso:

En la noche dichosa.


[El escrito de la Noche concluye precisamente al iniciar la exégesis de los versos de la 3ª estrofa. Su contenido no responde ya a la etapa purificativa; en la poesía, lo mismo que en las siguientes, se cantan "varios y admirables efectos de la iluminación espiritual y unión de amor con Dios" (como cuenta en el prólogo). No queda sustancialmente nada por tratar de los "efectos de las dos purgaciones espirituales" encerradas en los versos de las dos primeras estrofas. Queda pues interrumpido el escrito en su manera material, pero no la exposición de la noche oscura ya mostrada].

(Nota del actualizador: A partir de aquí el alma goza de su Dios y solo espera el encuentro definitivo con Él en la vida que no tiene término. Él la lleva de su mano y, tal como ocurrió en el trásito durante la noche, cada experiencia será personal en cuanto la capacidad de cada individuo. No obstante, mientras se continúa en este plano existencial sigue siendo necesario un imprescindible elemento: perseverar (Mateo 24:13)).

FIN

San Juan de la Cruz


11.4.23

"Subida al Monte Carmelo" y "Noche Oscura", de San Juan de la Cruz, actualizada (206)



14. Cuando acontece que estos favores se le hacen al alma en celada (guarnecida) -que esto ocurre sólo, como hemos dicho, en espíritu-, suele en algunas de estas comunicaciones el alma verse -sin saber cómo le ocurre esto- tan apartada y alejada según la parte espiritual y superior respecto de la porción inferior y sensitiva, que conoce en sí dos partes tan distintas entre ellas que le parece no tiene que ver la una con la otra, dándole la sensación de que está muy remota y apartada de la una. Y la verdad, en cierta manera así lo está porque según esta operación -ya que entonces es toda espiritual- no comunica en la parte sensitiva. De esta suerte se va haciendo el alma toda espiritual; en estos escondrijos de contemplación unitiva se le acaban de quitar los despojos de las pasiones y apetitos espirituales en mucho grado. Y así, hablando de la parte superior del alma, dice luego este último verso:


Estando ya mi casa sosegada.


CAPÍTULO 24
Se finaliza con la explicación de la segunda canción.


1. "Estando ya mi casa sosegada" es tanto como decir: "estando la parte superior de mi alma ya también -como ya le ocurriera a la inferior-, sosegada según sus apetitos y potencias, salí a la divina unión de amor de Dios".

2. Por cuanto de dos maneras por medio de aquella guerra de la oscura noche, como queda dicho, es combatida y purgada el alma, conviene a saber: según la parte sensitiva y la espiritual, con sus sentidos, potencias y pasiones. Y también de dos maneras según estas dos partes sensitiva y espiritual, con todas sus potencias y apetitos, viene el alma a conseguir paz y sosiego (nota del actualizador: nótese aquí las menciones a parte sensitiva y espiritual; sentidos, potencias y pasiones, y potencias y apetitos. Es decir, dos partes y dos grupos a combatir: por un lado sentidos, potencias y pasiones; y por el otro, potencias y apetitos. Lo explica bien el Santo, mostrando claramente toda la relación y cruces existente entre todas ellas). Y así es que -como también queda dicho- repite dos veces este verso, obsérvese: en esta poesía y en la anterior, por razón de estas dos porciones del alma, espiritual y sensitiva (nota del actualizador: recordemos que en la primera estrofa era: "(...) salí sin ser notada / estando ya mi casa sosegada". Y en la segunda: "(...) a oscuras y en celada, / estando ya mi casa sosegada", como nos recuerda aquí San Juan de la Cruz). Estas dos partes del alma, espiritual y sensitiva, para poder ella salir a la divina unión de amor es adecuado que estén primero reformadas, ordenadas y sosegadas en cuanto a lo sensitivo y espiritual conforme al modo del estado de la inocencia que había en Adán. Y así este verso, que en la primera poesía es entendido en cuanto al sosiego de la porción inferior y sensitiva, en esta segunda se entiende específicamente de la parte superior y espiritual, y es por eso que se ha repetido dos veces.

3. Este sosiego y quietud de esta casa espiritual viene a conseguir el alma de manera habitual y perfectamente -según esta condición de vida sufre (nota del actualizador: o sea, todo lo que sea posible en esta condición bajo la mortal existencia en este mundo)-, por medio de los actos de toques sustanciales de unión que acabamos de decir y que, amparada (en celada) y escondida de la turbación del demonio y de los sentidos y pasiones, ha ido recibiendo los mencionados toques de la Divinidad, con los cuales y en su acción el alma se ha ido purificando y, también como digo, sosegando y fortaleciendo, así como haciéndose estable para poder dar asiento a recibir la mencionada unión, que es el divino desposorio entre el alma y el Hijo de Dios.

El cual, luego que estas dos casas del alma se terminan de sosegar y fortalecer en uno con todos sus domésticos (nota del actualizador: "domésticos", el Santo lo abordó en capítulos anteriores, y recordemos que se refiere a las actividades, apetitos e inclinaciones que consigo llevaba -o mejor dicho, arrastraba- de su baja condición el alma) de potencias y apetitos, poniéndolos adormecidos y en silencio respecto de todas las cosas de arriba y de abajo, inmediatamente esta divina Sabiduría se une en el alma con un nuevo nudo de posesión de amor, y se cumple como ella lo dice en el libro de la Sabiduría (18, 14-15): "Dum quietum silentium contineret omnia, et nox in suo cursu medium iter haberet, omnipotens sermo tuus, Domine, a regalibus sedibus" ("mientras la quietud del silencio contenía todo, y la noche estaba a la mitad de su curso, tu omnipotente discurso, oh Señor, desde los tronos reales"). Lo mismo da a entender la Esposa en los Cantares, diciendo que después que pasó los que la desnudaron el manto de noche y la llagaron (5, 7), halló al que deseaba encontrar su alma (3, 4).

4. No se puede llegar a esta unión sin gran pureza, y esta pureza no se alcanza sin una gran desnudez de toda cosa creada y de una viva mortificación. Lo cual es referido en la metáfora del texto anterior, donde se lee el "desnudar el manto a la Esposa" y "llagarla de noche" en su búsqueda y pretensión del Esposo. Esto es así ya que el nuevo manto que pretendía del desposorio no se le podía vestir sin desnudarse antes del viejo. Por tanto, el que rehusare salir en la noche ya dicha a buscar al Amado y se resistiese también a ser desnudado de su voluntad y mortificado (que a esto se refiere en el texto con la indicación de que "la llagaron"), sino que en su lecho y acomodamiento le busca, como hacía la Esposa, no llegará a hallarle. Porque como vemos, esta alma de la poesía dice de sí que lo halló, saliendo ya a oscuras y con ansia de amor.


10.4.23

"Subida al Monte Carmelo" y "Noche Oscura", de San Juan de la Cruz, actualizada (205)



10. Todo esto que hemos dicho ocurre en el alma pasivamente, sin ser ella parte en hacer y deshacer respecto de ello. Pero se debe en este punto saber que, cuando el ángel bueno permite al demonio esta ventaja de alcanzar al alma con este espiritual horror, lo hace para purificarla y disponerla con esta vigilia espiritual para alguna gran fiesta y merced espiritual que le quiere hacer, puesto que el Señor nunca mortifica sino para dar vida, ni humilla sino para ensalzar (1 Re. 2, 6-7 ). Lo cual acontece al poco de superar estos escollos, en donde el alma, conforme a la purgación tenebrosa y horrible que padeció, goza de admirable y sabrosa contemplación espiritual, a veces tan elevada que no hay lenguaje para describirla. Por ello se dispuso mucho el espíritu con el antecedente horror del espíritu malo para poder así recibir este bien, puesto que estas visiones espirituales más son de la otra vida que de ésta, y, cuando se ve una, dispone para poder acceder a otra.

11. Lo dicho se entiende acerca de cuando visita Dios al alma por medio del ángel bueno, en lo cual no va el alma -según se ha dicho- totalmente tan a oscuras y encubierta que no le alcance algo el enemigo. Pero cuando Dios por sí mismo la visita, entonces se verifica bien el mencionado verso, porque entonces totalmente a oscuras y en celada del enemigo recibe las gracias espirituales de Dios. La causa es porque como Su Majestad mora sustancialmente en el alma, donde ni ángel ni demonio puede llegar a entender lo que pasa, no puede conocer las íntimas y secretas comunicaciones que entre ella y Dios allí suceden. Estas, por cuanto las hace el Señor por sí mismo, son totalmente divinas y soberanas, porque todos son toques sustanciales de divina unión entre el alma y Dios, en uno de los cuales -por ser éste el más alto grado de oración que existe- recibe el alma mayor bien que en todo el resto.

12. Porque éstos son los toques que ella le entró pidiendo en los Cantares (1, 1): "Osculetur me osculo oris sui" ("me besó con el beso de su boca"), etc. Que por ser esta comunicación tan a lo íntimo que pasa con Dios -donde el alma con tantas ansias desea llegar- estima y anhela un toque de esta Divinidad más que todas las demás gracias que Dios le hace. Por lo cual, después que en los dichos Cantares le había hecho muchos favores que ella allí ha contado, no hallándose satisfecha dice, pidiendo estos toques divinos: "¿Quién te me dará hermano mío, que te hallase yo sola afuera mamando de los pechos de mi madre, porque con la boca de mi alma te besase, y así no me despreciase ni se me atreviese ninguno?" (8, 1). Dando a entender por esto que, siendo la comunicación que Dios le hiciese en total intimidad -como estamos diciendo- fuera y aparte de todas las demás criaturas -que esto es lo que quiere decir "solo y afuera mamando" esto es, desecando y apagando los pechos de los apetitos y afecciones de la parte sensitiva (nota del actualizador: el ejemplo se entiende mejor desde el punto de vista de una madre dando de mamar -alimentando- la parte mundana y sensitiva; el Santo, por tanto, se refiere a dejar de alimentar y vigorizar esa parte, no dándole el pecho, o sea, secando la fuente que les da fuerza, brío y vitalidad, y apagando los apetitos)-, todo lo cual sucede cuando ya con libertad de espíritu (sin que la parte sensitiva alcance a impedirlo, ni el demonio por medio de esa parte sensitiva pueda contradecirlo ni oponerse), goza el alma en sabor y paz íntima de estos bienes. Es entonces que no se le atrevería a plantarle batalla el demonio, porque no los alcanzaría ni podrá llegar a entender estos divinos toques en la sustancia del alma con la amorosa sustancia de Dios.

13. A este bien ninguno llega si no es por íntima purgación y desnudez y escondite -alejamiento- espiritual de todo lo que es criatura (nota del actualizador: nótese aquí que el Santo menciona explícitamente "escondrijo espiritual de toda criatura", que es más valioso -aunque no tiene por qué ser contrario lo uno con lo otro- al escondrijo o alejamiento material). Lo cual a oscuras, como abundantemente hemos tratado durante largas explicaciones anteriores y seguimos diciendo respecto de este verso "en celada y escondido", y también escondido -o sea, oculto-, como ahora hemos dicho, se va confirmando el alma en la unión con Dios por amor. Y por eso lo canta ella en el mencionado verso, en el cual dice: "a oscuras y en celada".


9.4.23

"Subida al Monte Carmelo" y "Noche Oscura", de San Juan de la Cruz, actualizada (204)



5. Otras veces, cuando la relación espiritual no comunica mucho en el espíritu, sino que participa en el sentido, con más facilidad alcanza el demonio a turbar el espíritu y alborotarlo por medio del sentido con horrores de este tipo. Y entonces es grande el tormento y pena que causa en el espíritu, y algunas veces más de lo que se puede decir porque, como va de espíritu a espíritu directamente, es intolerable el horror que causa el malo en el bueno, me refiero a tormentos en el ánima, cuando le alcanza su alboroto. Lo cual también da a entender la Esposa en los Cantares (6, 10-11), cuando dice haberle a ella ocurrido así al tiempo que quería descender al interior recogimiento a gozar de estos bienes, declarando: "Descendí al huerto de las nueces para ver las manzanas de los valles y si había florecido la viña; no supe; conturbóme mi alma por las cuadrigas", esto es, por los carros y estruendos de Aminadab, que es el demonio [es muy singular la identificación de Aminadab con el demonio, cosa segura en el Santo, ya que la repite en el Cántico de manera aún más explícita].

6. Otras veces ocurre -y esto cuando esta comunicación es por medio de ángel bueno- que algunas veces el demonio se da cuenta de alguna gracia que Dios quiere hacer al alma. Esto sucede porque las que son por este medio de ángel bueno ordinariamente permite Dios que las entienda el adversario: por una parte, para que haga contra ellas lo que pudiere según la proporción de la justicia, y así no pueda alegar el demonio de su derecho aduciendo que no le dan oportunidad para conquistar al alma, como hizo de Job (1, 9-11; 2, 4-8), lo cual sucedería si no dejase Dios lugar a que hubiese cierta paridad entre los dos guerreros, esto es, entre el ángel bueno y el malo, en sus acciones sobre el alma de los vivos. Con ello la victoria de cualquiera será más importante, y será más premiada el alma victoriosa y fiel en la tentación.

7. Por todo ello nos conviene notar que ésta es la causa por la que, a la misma medida y modo que va Dios llevando al alma y actuando con ella, da licencia al demonio para que de esa misma manera se disponga el maligno con ella. Con lo cual, si tiene visiones verdaderas por medio del ángel bueno (que ordinariamente son por este medio, aunque se muestre Cristo, porque el Señor en su misma persona casi nunca parece), también da Dios licencia al ángel malo para que en aquel mismo género se las pueda representar falsas, de manera que, según son de aparentes y simular ser realistas, el alma que no es cauta fácilmente puede ser engañada, como muchas de esta manera lo han sido. De lo cual hay ejemplo en el Exodo (7, 11-12; 8, 7) donde se dice que todas las señales que hacía Moisés verdaderas, las hacían también -aunque con trucos y simuladas- los magos del Faraón, hasta el punto que, si él sacaba ranas, ellos también las sacaban; si él volvía el agua en sangre, ellos en apariencia también la volvían.

8. Y no sólo en este género de visiones corporales imita el maligno, sino también en las comunicaciones espirituales cuando son por medio del ángel, alcanzándolas a ver como decimos porque, como dice Job (41, 25): "Omne sublime videt" ("lo ve todo desde arriba"), imita y se entremete. Aunque en éstas, como son sin forma y figura (porque es de razón del espíritu el no tener tal forma ni figura, ni proporción), no las puede él imitar y formar como las otras que debajo de alguna especie, aspecto o figura se representan. Y así, para impugnar y contrarrestrar estas experiencias, al mismo modo que el alma es visitada la representa su temor espiritual para oponer y destruir en la forma espiritual con la espiritual.

Cuando esto acontece de esta manera, al tiempo que el ángel bueno va a comunicar al alma la espiritual contemplación, no puede el alma ponerse tan presto en lo escondido y protegida en medio de la contemplación que no sea notada del demonio y la alcance de vista con algún horror y turbación espiritual, a veces una turbación enormemente penosa para el alma. Entonces algunas veces se puede el alma despedir presto, sin que haya lugar para que haga en ella impresión o huella del dicho horror del espíritu malo, y se recoge dentro de sí, favorecida para esto de la eficaz gracia espiritual que el ángel bueno entonces le hace.

9. Otras veces prevalece el demonio y comprehende al alma la turbación y el horror, lo cual es al alma de mayor pena que ningún tormento de esta vida le podría ocurrir porque, como esta horrenda comunicación va de espíritu a espíritu, algo desnuda y desligada de todo lo que es cuerpo y materia, es penosa sobre todo sentido (nota del actualizador: como aguijón punzante en piel viva y descarnada), y dura esto algún momento en el espíritu, no mucho, porque saldría el espíritu de las carnes con la vehemente comunicación del otro espíritu, quedando después de ocurrir esto la memoria en un estado que es suficiente para dar gran pena.