No, tranquilos, no voy a hacer un rabioso arrebato en contra de la evolución, básicamente porque sí creo en ella. Sería de insensatos no ver sus consecuencias, solamente hay que mirarse en un espejo y comprobar cómo los vertebrados partimos todos de un modelo básico, con dos brazos (o alas) y dos piernas, que evolucionó de un ancestro común.
Sé que muchos no creen en eso, pero allá ellos si prefieren creer en cuentos de hadas.