La virtud de la esperanza es una virtud sobrenatural y divina, una virtud del cielo.
No se puede separar de la Fe y de la Caridad, porque son estas tres virtudes teologales una imagen de la Santísima Trinidad; son virtudes divinas que proceden del mismo Dios, y son inseparables.
El alma que tiene fe, que va unida con la gracia, tiene también la esperanza y la Caridad.