CAPÍTULO 17.
Se aborda la primera afección de la voluntad, mostrando qué es el gozo y haciendo distinción de los diferentes aspectos en los que la voluntad puede gozar.
1. La primera de las pasiones del alma y afecciones de la voluntad es el gozo, el cual, en cuanto toca a lo que de él vamos a explicar, no es otra cosa que un contentamiento de la voluntad con estimación de alguna cosa que tiene por conveniente o agradable, porque nunca la voluntad se goza sino cuando la cosa le hace aprecio y da contento.
Esto es cuanto al gozo activo, que es cuando el alma entiende distinta y claramente de lo que se goza, y está en su mano gozarse y no gozarse. Porque hay otro gozo pasivo en que se puede hallar la voluntad gozando sin entender cosa clara y distinta, y a veces entendiendo que sea este tal gozo pero sin estar en su mano tenerlo o no tenerlo. Y de este trataremos después. Ahora diremos del gozo en cuanto es activo y voluntario de cosas distintas y claras.
2. El gozo puede nacer de seis géneros de elementos o bienes, conviene a saber: temporales, naturales, sensuales, morales, sobrenaturales y espirituales, acerca de los cuales hemos de ir por su orden poniendo la voluntad en razón, para que no se quede apresada por ellos y deje entonces de poner la fuerza de su gozo en Dios. Para todo ello conviene presuponer un fundamento, que será como un báculo en que nos hemos de ir siempre acompañando y apoyando. Y conviene llevar esto bien entendido, porque es la luz por donde nos hemos de guiar y entender en esta doctrina y enderezar en todos estos bienes en cuanto el gozo a Dios, y es el siguiente: que la voluntad no se debe gozar sino sólo de aquello que es gloria y honra de Dios, y que la mayor honra que le podemos dar es servirle según la perfección evangélica. Con lo cual, todo lo que sea fuera de esto es de ningún valor y provecho para el hombre.
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