Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

4.5.21

Bondad de Dios



"Oblicioni datas sum, tamquam mortuus a corde". (Psalm. XXX, 13).

Fui borrado de su corazón, y puesto en olvido como un muerto.



Dice Dios: "No quiero la muerte del impío, sino que se convierta de sus caminos y viva" (Ezequiel, XVIII, 23; XXXIII, 11).

"Seré tu muerte, oh muerte; seré tu mordedura, oh infierno". (Oseae, XIII, 14).

El Señor con su muerte, triunfó de la muerte y del infierno; de la muerte, resucitando glorioso; del infierno, sacando del seno de Abrahán las almas de los santos Padres.




"¿Por ventura serán conocidas en las tinieblas tus maravillas; y tu justicia en la tierra del olvido?" (Ps. LXXXVII, 13).

Tinieblas y tierra del olvido es el sepulcro. ¡Ay, que después de la muerte los vivos se olvidan de los muertos! ¡Oh olvido funesto!.

"Los muertos, nada más saben, ni tienen más recompensa; porque al olvido ha sido entregada su memoria". (Eccles, IX, 5).

"Dios no hizo la muerte, ni se alegra de la perdición de los vivos". (Sap. I, 13). Claro: por Adán entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte. No fue Dios, sino el hombre, quien produjo su propia muerte por desobediencia, eligiendo morir.

"La muerte y la vida en manos de la lengua". (Prov. XVIII, 21). Para aprender a hablar, es menester saber callar: los que quieren hablar de todo, fácilmente desbarran.

"Siendo enemigos de Dios, fuimos reconciliados con El por la muerte de su Hijo". (Rom. V, 10).

"El que no ama está en muerte". (1 Joan, III, c. 14). Es decir, el que no ama a su prójimo no goza de la vida del alma, que nace del amor de Dios.

¡El amor de Dios! ¡Oh piélago insondable! ¡Oh eterna sabiduría! ¡Oh honra de nuestro linaje! ¿Qué haré yo, Señor, para pagar tantas deudas como tengo con Vuestra Majestad? Sí, Jesús mío, sí; deudas, pero de las cuales me declaro insolvente. Os debo vuestro ser infinito, vuestro amor infinito, vuestros beneficios infinitos. Yo nada soy, nada tengo, nada valgo, nada puedo ofreceros. Pero ¿qué digo? Sí; os ofrezco vuestra Pasión y muerte, que se representan en tantas Misas como se celebran todos los días en el mundo. Todas, todas os las ofrezco, y quisiera poder asistir a ellas con mayor reverencia que los Serafines abrasados en vuestro amor.

Me pesa, Señor, de mis pecados; y no sólo de ellos, sino de cuantos han hecho, hacen y harán los hombres todos hasta el día del juicio, que todos quisiera yo evitar a costa de mi vida, padeciendo por ellos los tormentos de los Mártires, y aún las terribilísimas penas del Purgatorio. Quisiera, Dios mío, hacer por Vos todos los servicios que habéis recibido de los Angeles, y todos los que os han hecho y harán los hombres. Sí, sí; cuantos pensamientos tuviere, cuantas veces alentare, cuantos movimientos de mi cuerpo hiciere, cuantas acciones ejecutare... Mi trabajo y mi quietud, mi vigilia y mi sueño, mi abstinencia y mi sustento, todo, todo quiero hacerlo por Vos, mi Jesús, mi Salvador, mi Vida, mi Alma, mi Esperanza, mi Amor, mi Alegría, mi Señor, mi Rey, mi Esposo, mi Amigo, mi Hermano, mi Bien, mi Maestro, mi Riqueza, mi Felicidad, mi Creador, mi Mesías, mi Redentor, mi Perdonador, mi Gloria y todas mis cosas.

¡Ay! No sé como no me deshago todo en agradecimiento a un Dios que tanto se desvive por mí.

¡Oh, quién fuera señor de millones de mundos para ofrecéroslos todos en holocausto! ¡Oh, quién tuviera millones de corazones y millones de vidas para consagrarlos todos a vuestro servicio ! ¡Oh, si mis entrañas fueran una fragua de amor que ardiera perpetuamente por mi Jesús! ¡Sí, sí; quisiera ser un Job de padecimientos; quisiera reventar mil veces, morir mil veces por amaros! Dios mío, Dios mío; muérame, Señor, de confusión y vergüenza, al ver que vuestro amor no me mata. "Non plus ultra" ("No hay más allá"). Ya no se puede amar con el exceso con que Jesucristo nos amó, pues nos dio su reino, y a sí mismo se nos dio. "Nos dejó memoria de sus maravillas, el Señor misericordioso y compasivo" (Ps. CX, 4).

"
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios de Sabaoth (de los ejércitos); llenos están los cielos y la tierra de tu gloria. Hosanna (salud y gloria) en las alturas". (Misal).


| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




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