Uno de los beneficios que las almas del Purgatorio reciben de la Santísima Virgen, es abreviarles los plazos de su destierro, sacándolas de las prisiones y llevándolas consigo a gozar eternamente al reino de la gloria.
El Papa Juan XXII expidió aquella Bula en que declara que por singular privilegio que hace la Santísima Virgen a la Orden del Carmelo, como a Religión suya, desciende todos los sábados a sacar del Purgatorio a los que en vida trajeron su santo Escapulario, así Religiosos como seglares, haciéndoles esta merced en premio de su devoción y en honor del santo Escapulario que trajeron consigo viviendo.
Esta Bula prueba tener la Virgen María su patrocinio en las almas del Purgatorio, y los sufragios con que las socorre, y las visitas que les hace por sí o por sus Ángeles, y cómo abrevia sus penas y las lleva al cielo, si no todos los sábados, porque no todas estarán en disposición de ello, por lo menos mucho más pronto de lo que esperaban o suponían.
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