Afirma Cesáreo Arelatense que es más grave de sufrir una hora de los tormentos del Purgatorio, que todos cuantos se padecen en el mundo juntos, de manera que pesa más la pena que padece un alma sola en un día o en una hora, que todas cuantas padecieron los Mártires y los enfermos y trabajados de sus enemigos en el mundo. Y aunque esto pareciera exagerado, lo aclara bien San Gregorio, afirmando que el fuego que las atormenta es de la misma calidad que el de los condenados en el infierno, no porque estén en el mismo lugar, ni entregados a los mismos verdugos, sino porque tiene la misma actividad y fuerza para atormentar. Y siendo así, no se adelantó mucho Cesáreo, pues dicen comúnmente los Santos con San Agustín, que es más grave cosa padecer en el Purgatorio una hora de pena, que aquí las de todo el mundo por muchos siglos.
Oído esto, pon los ojos en tus prójimos que están sumidos en aquellas penas, míralos despacio embestidos de fuego, cubiertos de llamas, atormentados de sed, afligidos, acongojados, llorando y sollozando por su Dios, y padeciendo angustias más que de muerte. Mira lo que quisieras que hicieran contigo si te hallaras en aquel lugar, y haz lo mismo con tus hermanos, ayudándoles con oraciones, Misas, comuniones, limosnas, penitencias y santas obras, siquiera porque Dios depare quien haga por ti después. No te olvides de ellos, porque serás olvidado de los tuyos. No te hagas sordo a sus voces, porque permitirá Dios que se hagan también los fieles sordos a las tuyas.
| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario