Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

31.7.18

De las virtudes y de los vicios: Traición


La Traición es hija de Satanás y arma que emplea con una frecuencia que el hombre ni lo imagina.

Satanás lleva en su sangre la Traición.

Todo el aliento y el ser de Satanás es Traición, con la cual constantemente envuelve al corazón humano.

La madre de la Traición es la Hipocresía; sus hermanos son la Venganza, la Cólera, el Rencor y el Odio.




¡Oh falange maldita que exprime en el corazón humano la savia envenenada del infierno!

Estas pasiones son el escuadrón de la Ira, y los vicios guerreros de Satanás. Con estas poderosas armas y otras muchas también guerreras, alcanza Satanás grandes conquistas y da la muerte a millones de almas.

La Traición es una secreta e hipócrita perfidia del corazón; es un vicio horrible cubierto con la capa de la bondad; es una fiera rugiente que afila sus garras debajo de un exterior amable y sereno. La infame asesta el puñal con la sonrisa del Candor en los labios.

¡Oh infelices almas que la llevan consigo! Sus corazones no saben, no, la malicia y astucia infernal del horrible monstruo que albergan.

La Tradición es la efigie de Satanás, es el espejo en que él se mira, es el negro fango en que revuelca a las almas. Satanás ya cometió en el Paraíso Traición, contra el hombre, emponzoñando desde aquel desgraciado instante su futuro. Hoy hace constantemente y sin descanso Traición multiplicada al género humano, lo mismo que hizo en los pasados siglos y la hará en los tiempos venideros.

Se presenta Satanás con mil dorados disfraces ante las incautas almas, se transforma en ángel de Luz y de Paz y aun de Pureza, ¡maldito!

Algunas veces finge Satanás ser Yo mismo, Jesucristo, y con nefandos y negros fines va suavísimamente seduciendo al alma con el bálsamo del más delicioso narcótico de santidad; concluyendo el miserable por morder e inocular su emponzoñada baba en el alma inocente y tal vez pura. ¡Cuántos y cuán traidores engaños de esta naturaleza se registran diariamente en el mundo!

La Traición de Satanás campea en el campo espiritual. ¡Cuántas almas yacen engañadas por él en sus lechos delicados de Soberbia y Amor propio! ¡Cuánto vicio funesto y solapado existe en las almas que se llaman mías! En estas torres de aparente santidad exterior y aun interior, ¡cuánta y cuánta basura, falsedad y engaño! Con tantas cosas como llevo dichas sobre los vicios comprenderán ya algo de las traiciones satánicas en que navega y se balancea el mundo aun espiritual.

Tiempo es ya pues de dar el ¡alerta!, a tantas desdichadas almas que viven y mueren envueltas en las redes de la Traición satánica.

Tira la careta a Satanás y descubre la espantosa Traición con que engaña a los corazones.

Grita que el mundo de las almas está engañado en su mayor parte; que la Cruz es la Luz con la cual estos funestos engaños se ven y se conocen.

Guerra a los vicios, guerra por medio del Dolor, el cual es la salvación del mundo.

La Traición injertada por Satanás en las almas es el reflejo de la Traición que éste lleva en su asqueroso seno. Una alma traidora es una alma infame.

Esta pasión de iniquidad crece y se ensancha a tal grado, que lleva a levantarse hasta contra Mí mismo en la vida espiritual.

Existen, ¡y cuántas traiciones espirituales! Traiciones hipócritas, ofertas de corazones taimados y falsos. ¡Cuánto me veo ofendido sobre el particular, aun en las Religiones!

Este es un campo inacabable, un corrupto incienso que se quema sacrílegamente ante la Majestad divina, irritando su Justicia.

La Traición es una pasión rastrera, baja, innoble y vil: su vileza crece a la vez que su castigo cuando en la vida espiritual se desborda contra Mí.

Detesto a las almas traicioneras, porque son maliciosas, falsas e hipócritas.

La Traición nunca se anida en la Sencillez, Sinceridad, Llaneza y Claridad.

El corazón traidor es oscuro, negro y solapado; y por él no penetra la luz divina del Espíritu Santo.

Va contra estas virtudes amadas de mi Corazón; y por lo mismo aborrezco a la Traición y huyo de las almas que la llevan consigo. Muy grandes castigos están reservados por mi Justicia para los corazones traidores. Satanás se goza en los corazones traidores, y emplea su Traición para arrastrar las almas a este desgraciado fin.

El corazón traidor casi no tiene remedio, porque la Traición indica la depravación interna del alma habituada a multitud de pecados.

El corazón del traidor necesitaría una reforma completa con una gracia muy grande especial y constante.

v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com