Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

25.7.18

De las virtudes y de los vicios: Acritud


La Acritud es hija de la Soberbia y va también contra la Caridad del prójimo. Casi siempre anda la Acritud acompañada de la Injusticia y es un vicio muy fácil para ofender a Dios y al prójimo.

El alma que la lleva consigo es áspera, seca, agria y a veces hasta intratable.

Es la Acritud la esencia del Amor propio y del Orgullo; para el trato con las almas es insoportable y de ningún fruto espiritual, pues una persona acre, aleja de sí todas las simpatías y lleva el sello de la Soberbia en la frente y en el corazón.




La Dureza de juicio y de corazón se albergan en la Acritud o en el alma, diré que la lleva consigo; es antagonista este vicio de la Amabilidad y de la Dulzura, virtudes que sin embargo constituyen su remedio.

Es la Acritud el invierno de las almas, diré, que todo lo seca y tuesta: se opone al santo Amor de Dios y del prójimo, y a veces llega a tomar tal incremento este vicio que raya en pasión, uniéndose a la Ira, hasta allá conduce el vicio de la Acritud en los corazones, aunque a primera vista parezca sencillo y de ningunas consecuencias.

Quita la Acritud la gloria a Dios, cuando las personas que la albergan en su corazón tienen trato con las almas a las cuales retiran con su contacto.

El remedio para la Acritud se encuentra en el Vencimiento propio, unido con las virtudes de la Amabilidad y de la Dulzura; mucho costará a los corazones que la llevan consigo el practicarlas, pero ayudadas de la divina gracia triunfarán de sí mismas y de tan dañoso defecto, que asciende a vicio y hasta a pasión.

v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario