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Novena en sufragio de las benditas almas del Purgatorio.
Día noveno.
Por la señal de la Santa Cruz...
Oración preparatoria para todos los días:
Esposas muy queridas del Señor que arrojadas a la cárcel del Purgatorio sufrís indecibles penas, careciendo de la presencia del Amado hasta que os purifiquéis como oro en crisol de vuestras culpas por completo; vosotras que desde esas voraces llamas clamáis misericordia, sabed que me compadezco de vuestro dolor y quisiera tener caudal suficiente para satisfacer vuestra deuda. Pero ya que soy más pobre que vosotras mismas, apelo a la piedad de los justos, a los ruegos de los bienaventurados, al tesoro de las indulgencias, a la intervención de María Santísima y a la Sangre de Jesucristo, para que por este medio logréis el deseado consuelo, y yo adquiera la gracia de detestar cualquier culpa, aún la más ligera, y de vencer mi pasión dominante hasta que el Señor nos lleve a todos a la Gloria. Amén.
Día 9:
BIENES QUE PODEMOS SACAR DE ESTA DEVOCIÓN
Para conseguir muchos favores, según Santa Catalina de Bolonia, suele ser más poderosa la intercesión de un alma del Purgatorio que la de los bienaventurado del Cielo.
Cuando se ruega a un alma del Purgatorio suplicándole una gracia, son dos los beneficiados: el mortal que consigue lo que ha pedido, y el alma que purgaba que pasa a ser un ciudadano más del Cielo.
En el Purgatorio hay almas tan santas como en el Cielo. La santidad se basa en el aumento de gracia y de ésta nacen las virtudes; muchas de esas almas acaudalaron más gracia y virtud que muchos bienaventurados, por lo que son más gratos a los ojos de Dios.
Dios desea con vehemencia la libertad de las almas del Purgatorio, ya que son redimidas con el precio de la sangre de su Hijo. Seamos corredentores con Jesús, cooperando con Él en la salvación de esas almas que esperan nuestras oraciones y sacrificios para gozar eternamente de Dios.
LAS ALMAS: Cristianos buenos que queréis dar gloria a Dios, la devoción hacia nosotros es el atajo para conseguir muchas gracias en favor vuestro tanto material como espiritualmetne. No dejéis de favorecernos todos los días, aunque sea brevemente, por ello recibiréis grandes beneficios.
Recemos ahora tres Padrenuestros, Avemarías, Gloria y Requiem [el Requiem es: "Dadles Señor el descanso eterno, y brille para ellos la luz eterna. Descansen en paz. Amén"] en memoria de la Pasión de Jesucristo, y en sufragio de las almas del Purgatorio, con la siguiente jaculatoria:
Oración final:
¡Oh Dios, Creador y Redentor de todos los fieles! Conceded a las almas de vuestros siervos y siervas el perdón de todos sus pecados, para que consigan por nuestras piadosas súplicas la indulgencia que siempre desearon. Amén.
| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
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