"No me apetece", esta expresión es muy habitual hoy en día. No hace mucho la escuché, como sinónimo de "no voy a ir", de boca de una persona convocada a una reunión importante. Le dije que si vamos a trabajar sólo cuando nos apetece, tal vez acabaremos con nuestra vida. Y que hay personas con las cuales estamos comprometidos.
Estas tres simples palabras ponen de manifiesto que vivimos en una época de consumismo. Todo está en el escaparate, y te hacen creer que, si te apetece, podrás consumirlo todo. Tienes libertad de escoger..., escoge "lo que te apetezca". Y nosotros escogemos, sin otro criterio, no lo que necesitamos o lo que conviene al bien común, sino lo que nos apetece.
Y acabamos confundiendo esta manera de hacer con la libertad.
Y así, poco a poco, vamos extendiendo esta actitud de los bienes de consumo, propiamente dichos, a todo. También actuamos de esta forma en las relaciones personales. Y en la relación con Dios. Y con la Iglesia.
Es evidente que la Misa dominical también está afectada. Son muchas las personas que se dicen cristianas pero no responden a la convocatoria dominical de la Eucaristía porque el domingo apetece hacer otras cosas o, simplemente, porque no apetece. Y no se plantean la posibilidad de combinar la misa con esas otras cosas, probablemente importantes, que quieren hacer los domingos.
Hay que recuperar la convicción de que la misa dominical es un compromiso. Sin recurrir a las palabras "obligación" y "precepto", que quizás se perciben negativamente, hay que situar la Eucaristía entre los compromisos importantes que una persona contrae con otras personas. Debemos alejar la Eucaristía del campo del consumismo, pero también del campo del individualismo.
La Misa no es algo privado. Es un elemento importante para conformar determinadas relaciones, como son la relación con Dios, la relación con la comunidad y con cada uno de sus miembros, y la relación con los pobres, aquellos a quienes Cristo se dedica de forma preferencial.
No basta, por importante que sea, que la misa sea atractiva o que la celebre este o aquel sacerdote. El reto es mayor.
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ResponderEliminarUna sociedad que da la espalda a CRISTO esta totalmente muerta, vivimos rodeados de muertos vivientes con deslumbrantes fachadas, pero llenos internamente de oscuridad y de tinieblas.
ResponderEliminarLa inmensa mayoría de la gente que veo están muertos en espíritu por banalizar el pecado y no aceptar a CRISTO en su corazón, su futuro será la condenación en el infierno por amar más a las tinieblas que a la luz.
La gente esta distraída por el ocio y por amasar dinero para comprarse el último modelo de móvil….. Por si esto fuera poco la apostasía y el incesante número de ateos están haciendo estragos entre los miles y miles de dubitativos católicos, el panorama es desalentador.
Pero lo peor de todo es que la mayoría de los Católicos ya no leen ni escuchan la palabra del SEÑOR, así es imposible que crezca la FE, el panorama es desalentador.
Romanos 10:17
17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Por cierto, la película “DIOS NO ESTÁ MUERTO” puede ser un buen acicate para reconducir a los dubitativos Católicos Light de hoy en día.
ResponderEliminarTodo sea por el SEÑOR...:)