Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

17.4.17

¿Es más aconsejable comulgar en la boca que en la mano?


Este es un debate prácticamente constante dentro de los fieles cristianos, y ante el cual existen opiniones de lo más diversas, tanto en favor de una postura, como de otra.

Los más tradicionalistas y retrógrados defienden que el Cuerpo de Cristo solo y únicamente lo debe tocar el ministerio sacerdotal, es decir los presbíteros, además de diáconos, etc., y en ningún caso los simples "laicos". Ellos toman la postura incluso de recibir la comunión arrodillados, en un gesto de humildad pero que puede derivar fácilmente en simples adornos externos que tanto denunciaba Nuestro Señor con los escribas y fariseos, llamándoles "hipócritas" por servir a Dios simplemente con ritos externos.




Por otro lado, no se entiende muy bien cómo tales personas argumentan que las manos son impuras y, por tanto, no son dignas de tocar el cuerpo de Jesús; por esa misma razón deberían considerar impura también la boca, la lengua, que a veces dice tantas falsedades o incluso pronuncia blasfemias (mientras que las manos, obviamente, no pueden "pronunciar" nada). O los mismos labios, que están en contacto permanentemente con el aire y tantas cosas impuras y/o mundanas besan.

Además, los primeros cristianos no solo tocaban el pan consagrado, sino que lo partían, los distribuían entre ellos... Y hasta caían migas por la mesa.

No estamos diciendo que caigamos en tales extremos, por supuesto la Comunión es uno de los sacramentos principales de la vida cristiana y uno de los que más fortalece el espíritu y nos alimenta y nos robustece, pero no caigamos en ningún extremismo.

Recuerdo a un sacerdote que, tras repartir la Comunión en la boca de los fieles, tras distribuirla y mientras se daba la vuelta para que la asamblea no le viese, se limpiaba en la ropa los dedos mojados con la saliva de la gente, con cara de asco. Entre los que acudían a tomar la Comunión había algunos pobres, y una de las chicas tenía, desgraciadamente, muchos problemas económicos. Su boca estaba bastante mal y le faltaban varias piezas dentales. Como abría la boca al recibir la comunión, el sacerdote comentaba luego -no quiero usar la palabra "criticar"- lo mal que tenía la boca aquella chica. Estas, y situaciones parecidas, pueden inducir a algunos fieles a sentir vergüenza y a llegar a extremos de no poder tomar la comunión por su pobre condición, o porque simplemente les da cierta repulsión o incluso por cuestiones de higiene al intercambiar -sin querer, por supuesto- los dedos mojados en saliva entre distintas bocas.

La iglesia, como buena madre, permitió desde hace ya bastantes años la Comunión en la mano a cualquier fiel, lo que no solamente es un acto que hace a muchos sentirse más cómodos y participar en la Comunión de una forma más sosegada y centrada en Cristo, sin preocuparse de cuestiones tales como el estado de su boca, la higiene o los problemas de no pocos sacerdotes ancianos, que tienen gran dificultad para acercarles la Sagrada Forma al fiel que acude a recibirla en la boca. Además, poder tomar el Cuerpo del Señor en la mano colabora eficazmente a que los fieles puedan admirar, sentir y vivir una experiencia más íntima con la Eucaristía y, en concreto, con el Sagrado Cuerpo de Cristo. La Comunión en la mano, poder tocar y sentir al mismo Cristo, es un acto gozoso de amor que nunca agradeceremos lo suficiente a la gran ternura y a la gran muestra de dulzura que nos prodiga el Señor concediéndonos tal privilegio.

Por todo ello, tomar la Comunión en la mano uno mismo es para el cristiano no solo un derecho dado por el mismo Jesucristo (que repartió su cuerpo a las manos de sus apóstoles en la última cena), sino una forma de sentir mucho más de cerca su gran amor, y de participar más activamente en la vida cristiana de la comunidad. Lo que importa, a fin de cuentas, es la actitud interior, y no tanto si recibimos la Comunión en la boca o en la mano. Así lo entendió acertadamente la Iglesia, y así debemos entenderlo también nosotros.

| Redacción: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario