Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

18.1.20

Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos 2020. Día 1


Siempre hemos de rezar por la unidad de los cristianos. Esta es la invitación que nos hace la Iglesia al celebrar el Octavario de Oración que se celebra desde el 18 al 25 de Enero. Este año han sido los cristianos de Malta y de Gozo quienes han preparado los materiales para las celebraciones de estas jornadas. Allí tiene lugar la fiesta del Naufragio de San Pablo que providencialmente posibilitó la llegada de la fe cristiana a esas islas.

Reconciliación: Tirar la carga por la borda.

Hechos 27, 18-19. 21

"Al día siguiente, como arreciaba el temporal, los marineros comenzaron a aligerar la carga. Y al tercer día tuvieron que arrojar al mar, con sus propias manos, el aparejo de la nave… Hacía tiempo que nadie a bordo probaba bocado; así que Pablo se puso en medio de todos y dijo: 'Compañeros, deberíais haber atendido mi consejo y no haber zarpado de Creta. Así hubiéramos evitado esta desastrosa situación'".

Reflexión:

Como cristianos de diferentes Iglesias y tradiciones tenemos que lamentar que a lo largo de los siglos hemos ido acumulando mucha carga consistente en la desconfianza mutua, la amargura y el recelo. Damos gracias a Dios por el nacimiento y el crecimiento del movimiento ecuménico en el siglo pasado. Nuestros encuentros con cristianos de otras tradiciones y nuestra oración común por la unidad de los cristianos nos animan a buscar el perdón mutuo, la reconciliación y la aceptación. No debemos permitir que la carga de nuestro pasado nos impida acercarnos unos a otros. ¡Es voluntad de Dios que soltemos la carga para dejar que Dios actúe!

Oración:


Dios que perdonas,
líbranos de las memorias dolorosas del pasado,
que hieren nuestra vida cristiana compartida.

Condúcenos a la reconciliación,
para que, a través del Espíritu Santo, podamos superar
el odio con el amor,
la ira con la amabilidad y
la sospecha con la confianza.

Lo pedimos en el nombre de tu Hijo amado, nuestro hermano Jesús. Amén.

15.1.20

La Virgen me ha protegido desde niño


El Hermano Antonio de María (Urbano Barrientos), Ermitaño de la Virgen del Carmelo, nació en Córdoba (España) el 4 de julio de 1965. El 2 de febrero de 1987 ingresó en los Hermanos Ermitaños de la Virgen del Carmelo en el desierto de Santa María del Carmen de los Arenales y San José, de Hornachuelos. El 3 de febrero de 2006, primer viernes, el Corazón de Jesús vino a buscarlo para darle el premio merecido a su fidelidad y entrega generosa al servicio de nuestra Santa Madre Iglesia.



ORACIÓN (para uso privado)
Oh Jesús, que te dignaste escoger al Hermano Antonio de María, para que imitando la vida oculta de tu Madre en Nazaret brillasen en él de una manera especial la humildad, pobreza y alegría; concédenos que siguiendo su ejemplo, no busquemos más que la Gloria de Dios y la salvación de las almas. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

Dígnate glorificar a tu siervo Hermano Antonio, alcanzándome la gracia que te pido por su intercesión.


(Pídase la gracia que se desea).

(Padrenuestro, Avemaría, Gloria).



Quienes obtengan algún favor por su intercesión, se ruega lo comuniquen a los Hermanos Ermitaños de la Virgen del Carmelo, 14740, Hornachuelos. Córdoba (España).

13.1.20

Jesús mío, sólo Tú mi posesión


"Jesús mío, sólo quiero que Tú seas mi gozo y mi posesión".
P. José Luis de Urrutia, S. J.

Oración para la devoción privada:


Corazón de Jesús, manso y humilde, tú que dijiste "Venid a mí todos los que estais cansados y agobiados que Yo os aliviaré". Hoy, por medio del p. José Luis de Urrutia, que tan ardientemente propagó las misericordias de tu Corazón, te suplico me concedas por su intercesión la gracia que te pido (pídase lo que se desea), si es para mi bien y mayor gloria tuya.

(Padrenuestro, Avemaría, Gloria).

11.1.20

Novedad en la librería: "Los amigos de la Cruz", de San Luis María Grignion de Montfort


Como colofón a los artículos dedicados a San Luis María que estuvimos publicando estos días, os informamos que ya tenéis a vuestra disposición el libro de "Los amigos de la Cruz", escrito por San Luis María Grignion de Montfort y con prólogo de Ludobian de Bizance. Lo podéis descargar gratuitamente desde la sección de la Editorial del Oratorio (carpeta "libros_oratorio_ed").

En el archivo comprimido que encontraréis, tendréis diversos formatos: un .mobi para lectores de ebook (o por si deseáis leerlo con lectores en un smartphone), así como un pdf, por si lo queréis imprimir (formato A4). También encontraréis versiones editables en html y en rtf, con el fin de que podáis pasarlo - si lo necesitáis - a otros formatos, obtener extractos del libro, etc.

San Luis María Grignion de Montfort explicado por San Juan Pablo II (y5)


Vale la pena citar un testimonio que demuestra cómo Santa María estuvo presente desde el comienzo del camino sacerdotal del Papa. Un pequeño libro de san Luis María Grignion de Montfort, Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen, publicado en lengua polaca en 1927, en Poznan, desempeñó una gran función en su formación espiritual en los años 1940-1944 cundo era operario, primero en una cantera de piedras y después en la fábrica de Solvay. Cuando iba a trabajar, al regreso por la tarde y en el turno por la noche (en el turno de la mañana no había intervalo), llevaba consigo el libro con un pedazo de pan. En los momentos libres leía y meditaba. Lo releyó tantas veces que el libro quedó todo manchado de bicarbonato de sodio, no sólo en la pasta sino también en las páginas interiores. De este libro, que aún se conserva, aprendió la esencia de la devoción a la Madre de Dios. Tal devoción era presente en él desde niño y creció enseguida como estudiante en el colegio y luego en la universidad Jaghellonica, pero el contenido y la profundidad de esta devoción le derivaron de este libro recibido del padre espiritual poco después de haber entrado en el seminario clandestino de Cracovia.

En uno de los encuentros con los sacerdotes de su arquidiócesis, el 20 de mayo de 1965, el Arzobispo Karol Wojtyla recordando el primer período de su formación en el seminario, confesaba entre otras cosas: "Cuando me preparaba al sacerdocio –y me preparaba trabajando como obrero durante algunos años– recibí de mi padre espiritual de entonces un libro conocido hoy y famoso (entonces no muy famoso) del santo (entonces no santo, sino beato), Luis Grignion de Montfort, Tratado de la Verdadera devoción a la Virgen María".