Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

18.12.23

Oración por las ánimas del Purgatorio, para el día de los fieles difuntos



Ayer, misericordiosísimo Dios, se regocijaba vuestra Iglesia con la felicidad de sus hijos triunfantes, y os rendía gracias por todas las que en ellos os dignásteis derramar con munífica mano.

Hoy llega a vuestras plantas esa Iglesia con plegarias y lágrimas, para imploraros humildemente, ¡oh Juez Soberano!, en favor de sus hijos difuntos que aún expían las culpas de su vida lejos de vuestra presencia adorable.

Yo me uno en general, y en particular, de corazón y de palabra, a todos los fieles que elevan al trono de vuestra Majestad el grito de sus ansias fraternales. Me uno a todos y a cada uno, para rogaros por cuantos necesitan el auxilio de nuestras oraciones y sufragios, y os suplico, Señor, aceptéis benigno nuestros ruegos -sin mirar la indignidad que reconocemos en nosotros-, los cuales ofrecemos en la fe del poderoso nombre de Jesucristo, a cuya cruz nos acojemos todos.

Con la confianza que ese signo sagrado nos inspira os pido, Dios Todopoderoso, asociando mi humilde voz a la de mis hermanos, perdón, gracia y absolución para todos los miembros de la cristiana grey que no habitan ya en la tierra. Mirad las llagas de vuestro divino Hijo, que son otras tantas bocas por las que el amor pide clemencia, y aplacada la justicia con el holocausto de la víctima eterna que se inmoló por nosotros, abrid, ¡Padre celestial!, abrid ya las puertas de la patria a tantas almas que anhelan contemplar entre los resplandores de la gloria que tiene a vuestra diestra, al que reconocieron y adoraron Dios en el establo de Belén y en el suplicio del Gólgota.

Ignorando, Señor, cuántos de los que me dísteis por parientes y amigos se hallarán en el número de esas almas todavía desterradas, os dirijo especialísimos ruegos por los muertos de mi familia, por todos los que me fueron cercanos por vínculos de sangre o de cariño.

Dios bueno, volved las miradas de vuestra misericordia hacia vuestros siervos y siervas, hacia (se puede decir, opcionalmente, el nombre de algunos difuntos), según lo espero de vuestra piedad infinita, y cuando salgamos los que aún vivimos sobre la tierra de este valle de lágrimas donde es tan precaria nuestra pobre existencia, concedednos, Vos que permanecéis eternamente, el perdón que os pedimos hoy para los que nos han precedido, y en nombre de los cuales y en el mío os rindo humildes acciones de gracias, por cuantos beneficios les dispensásteis.

Gracias también, Señor benignísimo, por este día en el que nos permitís dedicar al sufragio de sus almas, y por todas las buenas obras que durante él os dignéis inspirarnos, las cuales os presentamos reverentemente por mano de la bienaventurada Virgen María en su advocación carmelitana, a quien invocamos como abogada, y a quien reconocemos con toda la Iglesia como Consoladora de los afligidos y Refugio de los pecadores.

Amén.


(Ahora se rezan tres padrenuestros y tres Ave María, en honor de la Santísima Trinidad y sufragio de los difuntos, diciendo al final de cada "gloria" las palabras siguientes):

Que por la misericordia de Dios, los méritos de nuestro Señor Jesucristo, y la intercesión de su bendita Madre Nuestra Señora del Carmelo, las almas de los fieles difuntos descansen en paz.

Amén.


17.12.23

Homenaje para el día de Todos los Santos



Oración inicial:
Señor Dios mío, dignaos permitirme -a pesar de mi indignidad- que en este señalado día en que la Iglesia militante os rinde acciones de gracias por la felicidad de la Iglesia triunfante, se asocie mi humilde voz a todas las que os glorifican y bendicen, honrando la memoria de vuestros santos.

Ellos, Señor, son los dignos modelos que, como imágenes suyas, nos dejó en la tierra vuestro divino Hijo.

Ellos contemplan, dichosos para siempre, la gloria de aquel Glorioso Maestro, cuyas lecciones practicaron, cuyas huellas siguieron, cuya gracia patentizaron a vista del mundo con la santidad de su vida, y hoy reinan con Él en vuestra mansión dichosa, intercediendo por los hermanos que aún combatimos y sufrimos en este valle de lágrimas.

Reciba, pues, vuestra misericordia, con esos ruegos que os dirige su depurada caridad, los que osamos pronunciar bajo su amparo, nosotros pobres pecadores, que al hacer memoria de los triunfos que concedísteis a tantos campeones de Jesucristo, os pedimos rendidamente que, en virtud de los méritos del mismo Redentor nuestro, nos dispenséis la gracia de que acertemos a honrar a sus bienaventurados servidores con la imitación constante de sus virtudes.

Amén.

16.12.23

Saludo a Santa Gertrudis, en la fecha de su solemnidad, 17 de noviembre



Salve, ¡oh Gertrudis!
virgen gloriosa,
de Cristo esposa
del mundo honor.

Salve, y en honra
de tu elevado nombre
nos dé el Dios Hombre
su Santo amor.

Tú, que en él ardes,
y desde el cielo
miras mi anhelo
por ese bien,

préstame ayuda
para alcanzarlo
y disfrutarlo
contigo.

Amén.


Oración:
Rogad por nosotros, Santa Virgen Gertrudis, para que así como veneramos vuestra memoria en la tierra, nos proteja en el cielo vuestra caridad.

Amén.


15.12.23

Oración para las festividades de los Santos Apóstoles



A lo largo del año, los Apóstoles tienen diferentes días para su solemnidad (San Pedro y San Pablo es el 29 de junio, el 27 de diciembre es San Juan Evangelista, San Judas Tadeo es el 28 de octubre...). En esos días el Oratorio Carmelitano os invita a hacer el siguiente homenaje:


Oración:
Glorificado sea el Señor Todopoderoso, que se dignó extender la luz del Evangelio por la palabra de los Santos Apóstoles, escogidos no entre los sabios y poderosos del mundo, sino entre los sencillos y humildes.

Dígnese el mismo Dios, cuyo soberano nombre bendecimos, aumentar nuestra fe y hacerla fecunda en buenas obras, mediante la intercesión que invocamos de aquellos bienaventurados ministros de su Verbo encarnado, para salud del mundo, y les sean gratos los homenajes que les tributamos, honrándoles como a testigos de la verdad.

Amén.


Oración al apóstol del día:
Santo Apóstol (o Santos Apóstoles, según convenga) cuya venerable memoria celebra este día la católica Iglesia. Nosotros nos asociamos a todos los honores que os dedican los pueblos cristianos en general, y en particular también venimos reverentes a los pies del divino Maestro, que os escogió por ministros de su Santo Evangelio (nota: si es la fiesta de San Pedro, se dirá: "que os escogió por cabeza de su Santa Iglesia"), para darle gracias por esa elección, que os es tan gloriosa, y por la cual os felicitamos efusivamente.

Sí, bienaventurado San (dígase el nombre del Apóstol del día), recibid nuestros respetos, nuestros honores, nuestros sentimientos afectuosos, y presentando al Salvador los humildes homenajes de nuestro reconocimiento, rogadle nos conceda la fe, la esperanza, la ardiente caridad con que tanto os enriqueció al llenaros de su Espíritu Santo, y enseñadnos desde el Cielo -como enseñásteis en la tierra- la manera de cooperar a la gran obra de nuestra salvación.

¡Cuántas veces vuestras enseñanzas alumbraron nuestro camino! ¡Cuántas vuestro auxilio nos ha consolado! Vuestra alma vive siempre entre nosotros, en los ejemplos de una vida laboriosa consagrada a la caridad (y, si es escritor sagrado, se añade: "y en la enseñanza de vuestros escritos que dictó la verdad").

Permitid, pues, que os agradezcamos cuanto reconocemos deberos, y -aunque sea mezquina la ofrenda- servíos aceptar estos recuerdos casi filiales con que os saludamos en el día de vuestra fiesta, gozándonos en la interminable recompensa que alcanza vuestros trabajos.

Amén.


Cántico final:
Honor al Santo Apóstol (o "Santos Apóstoles", en su caso)
que hoy la cristiana Iglesia
con esperanza invoca
con gratitud recuerda.

Colme el Señor su dicha,
y en la mansión eterna
preséntele él glorioso
las bendiciones nuestras.

Amén.


14.12.23

Homenaje para la festividad del Ángel Custodio (1 de marzo)



Acción de gracias al Señor:
Glorificado sea el Señor Dios nuestro que, según creencia de la Iglesia católica, se ha dignado darnos ángeles custodios, ministros de su Providencia, para que nos defiendan y nos guíen.

Rogamos, ¡oh Bienhechor eterno!, a vuestra divina Majestad, recibais benignamente los homenajes y acciones de gracias que elevamos a Vos por mediación de los mismos ángeles, y miréis con agrado las honras que dedicamos a esos bienaventurados espíritus, que gozan de la felicidad de serviros.

Amén.


Oración a los ángeles custodios:
Angel de mi guarda, ángeles custodios de cada uno de nosotros, de cada uno de los miembros de esta familia (o cofradía, o hermandad, o comunidad), y vosotros, los que protegeis especialmente la población en la que vivimos, el obispado y las parroquias de nuestra región: hacednos el gran honor de recibir con agrado y aceptar los especiales respetos con que acompañamos en este día las alabanzas que tributan los fieles a los celestes espíritus, encargados por Dios de ser ministros de su eterna Providencia.

Nosotros, saludando reverentemente a todos y a cada uno, os dirigimos a vosotros especial felicitación, dándoos gracias por cuanto habéis hecho en bien nuestro, y regocijándonos de teneros por invisible y sagrada compañía.

¡Oh gloriosos ángeles!, bendecid y ensalzad por nosotros al Señor omnipotente que os ha colmado de felicidad, rogándole nos conceda tener parte en esas delicias de su reino, mediante los méritos de Jesucristo y vuestra poderosa asistencia.

Amén.


Cántico:
¡Honor a ti, ángel mío!
No sé tu nombre santo
mas su inefable encanto
presiente el corazón.

Pide que pueda oírle
del cielo en la alegría,
y acepta en este día
de mi cariño el don.