A lo largo del año, los Apóstoles tienen diferentes días para su solemnidad (San Pedro y San Pablo es el 29 de junio, el 27 de diciembre es San Juan Evangelista, San Judas Tadeo es el 28 de octubre...). En esos días el Oratorio Carmelitano os invita a hacer el siguiente homenaje:
Oración:
Glorificado sea el Señor Todopoderoso, que se dignó extender la luz del Evangelio por la palabra de los Santos Apóstoles, escogidos no entre los sabios y poderosos del mundo, sino entre los sencillos y humildes.
Dígnese el mismo Dios, cuyo soberano nombre bendecimos, aumentar nuestra fe y hacerla fecunda en buenas obras, mediante la intercesión que invocamos de aquellos bienaventurados ministros de su Verbo encarnado, para salud del mundo, y les sean gratos los homenajes que les tributamos, honrándoles como a testigos de la verdad.
Amén.
Oración al apóstol del día:
Santo Apóstol (o Santos Apóstoles, según convenga) cuya venerable memoria celebra este día la católica Iglesia. Nosotros nos asociamos a todos los honores que os dedican los pueblos cristianos en general, y en particular también venimos reverentes a los pies del divino Maestro, que os escogió por ministros de su Santo Evangelio (nota: si es la fiesta de San Pedro, se dirá: "que os escogió por cabeza de su Santa Iglesia"), para darle gracias por esa elección, que os es tan gloriosa, y por la cual os felicitamos efusivamente.
Sí, bienaventurado San (dígase el nombre del Apóstol del día), recibid nuestros respetos, nuestros honores, nuestros sentimientos afectuosos, y presentando al Salvador los humildes homenajes de nuestro reconocimiento, rogadle nos conceda la fe, la esperanza, la ardiente caridad con que tanto os enriqueció al llenaros de su Espíritu Santo, y enseñadnos desde el Cielo -como enseñásteis en la tierra- la manera de cooperar a la gran obra de nuestra salvación.
¡Cuántas veces vuestras enseñanzas alumbraron nuestro camino! ¡Cuántas vuestro auxilio nos ha consolado! Vuestra alma vive siempre entre nosotros, en los ejemplos de una vida laboriosa consagrada a la caridad (y, si es escritor sagrado, se añade: "y en la enseñanza de vuestros escritos que dictó la verdad").
Permitid, pues, que os agradezcamos cuanto reconocemos deberos, y -aunque sea mezquina la ofrenda- servíos aceptar estos recuerdos casi filiales con que os saludamos en el día de vuestra fiesta, gozándonos en la interminable recompensa que alcanza vuestros trabajos.
Amén.
Cántico final:
Honor al Santo Apóstol (o "Santos Apóstoles", en su caso)
que hoy la cristiana Iglesia
con esperanza invoca
con gratitud recuerda.
Colme el Señor su dicha,
y en la mansión eterna
preséntele él glorioso
las bendiciones nuestras.
Amén.
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