Verbo Divino, Hijo único del Padre, luz del mundo venida del cielo para mostrarnos el camino, no permitáis que nos asemejemos al pueblo infiel que ha rehusado reconoceros por el Mesías. No permitáis que caigamos en la misma ceguedad de los desgraciados que han preferido ser esclavos de Satanás, a tener parte en la gloriosa adopción de Hijos de Dios que vinisteis a procurarnos.
Verbo hecho carne, yo os adoro con el respeto más profundo, y pongo en Vos solo mi confianza. Esperando firmemente que, pues sois mi Dios, y un Dios hecho hombre a fin de salvar a los hombres, me concederéis las gracias necesarias para santificarme y poseeros eternamente en el cielo.
Amén