Desprecio de los bienes mundanos

10.11.23

Oración pidiendo la santificación



Verbo Divino, Hijo único del Padre, luz del mundo venida del cielo para mostrarnos el camino, no permitáis que nos asemejemos al pueblo infiel que ha rehusado reconoceros por el Mesías. No permitáis que caigamos en la misma ceguedad de los desgraciados que han preferido ser esclavos de Satanás, a tener parte en la gloriosa adopción de Hijos de Dios que vinisteis a procurarnos.

Verbo hecho carne, yo os adoro con el respeto más profundo, y pongo en Vos solo mi confianza. Esperando firmemente que, pues sois mi Dios, y un Dios hecho hombre a fin de salvar a los hombres, me concederéis las gracias necesarias para santificarme y poseeros eternamente en el cielo.

Amén


9.11.23

Interesantes libros de religión por descarga directa



En la página de Mensajeros de la Vida, dentro de la sección "publicaciones", se pueden descargar gratuitamente libros de temáticas muy interesantes, incluyendo "El manuscrito del Purgatorio", un interesante libro de cómo actúa el demonio que lleva por título "¿Cómo actúa el demonio? ¿Tenemos un demonio para cada uno?", o libros de prácticas de oración, como el dedicado al Santo Rosario.

En resumen, una interesante colección de libros que pueden ayudarnos en gran manera en estos duros momentos en los que se pone tan a prueba nuestra fe.


8.11.23

Oración para el final de la misa (tras la bendición)



Señor, que os habéis inmolado por mi salud, permitidme dedicaros todo mi ser en holocausto a vuestra gloria. Yo acepto de corazón las cruces que me habéis enviado hasta este día, y las que me enviéis en lo venidero, recibiéndolas de vuestras manos y uniéndolas a la vuestra.

Concededme, para que pueda cumplir en todo vuestra voluntad soberana y participar de la gloria de vuestra resurrección -así como de los merecimientos de vuestra cruz- la divina bendición que oso pediros, y que he recibido humildemente de la mano de vuestro ministro.

Amén.

7.11.23

Oración para cuando estés en misa y no puedas ir a comulgar



Qué dulce me sería, amable Salvador mío, pertenecer al número de los felices cristianos a quienes la pureza de conciencia y una tierna piedad permiten aproximarse todos los días a vuestra sagrada mesa. ¡Qué ventaja para mí, si pudiese en este momento poseeros en mi corazón, y participar de las gracias que derramáis en los que os reciben realmente!

Pero ya que soy indignísimo, suplid, Dios mío, a la indisposición de mi alma. Perdonadme todos mis pecados, que detesto porque han sido en ofensa vuestra; recibid el sincero deseo que tengo de unirme a Vos; purificadme con una de vuestras miradas, y ponedme en estado de recibiros con frecuencia.

Mientras tanto, Redentor mío, permitidme como a la cananea recoger algunas migajas de vuestra santa mesa, haciéndome participar del fruto que la comunión del sacerdote debe producir en todo el pueblo fiel, presente a este sacrificio, celebrado en memoria de vuestra pasión, de vuestra muerte, de vuestra Resurrección gloriosa, y de vuestra triunfante ascensión. Que la virtud del Divino Sacramento aumente mi fe, fortifique mi esperanza, encienda en mí la caridad, de manera que yo no respire más que por Vos, ni viva más que para Vos.

Amén.


6.11.23

El Te Deum en paráfrasis



A Ti, ¡oh Dios, tributa alabanza nuestro labio reverente,
a Ti de cuya diestra omnipotente procede cuanto bien el hombre alcanza.

Todos los tiempos llena de tu bondad la inenarrable historia,
y en cielo y tierra sin cesar resuena
la aclamación de tu infinita gloria.

A Ti los querubines
que de tu luz reflejan los destellos,
los puros serafines
y los ángeles bellos,
que en fuego eterno de tu amor se inflaman,
¡Santo! tres veces a una voz te aclaman
con respetuoso anhelo,
y en ecos de las bóvedas del cielo
repetido es su canto:
¡Santo!, se oye por doquier, !Santo! ¡Santo!