Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

19.6.22

Si yo fuera Pan (Corpus Christi)



Donde hay pan, allí está Dios.

Mis preferidos son los pobres y los débiles;
los que son generosos y se quitan el pan de la boca por otros,
los altruistas, los agradecidos,
los sacrificados que se parten,
que son buenos como el pan.

Pero rechazo al que me acapara,
al que negocia conmigo y se enriquece con el hambre de otros;
al que me tira a la basura, quizá para aumentar mi precio;
al que me come sin necesidad.

Venid, amigos, a compartir mi pan,
es gratis para todos.

18.6.22

A los santos ángeles custodios



Ángel santo de la guarda,
compañero de mi vida,
tú que nunca me abandonas
ni de noche ni de día.

Aunque espíritu invisible,
sé que te hallas a mi lado,
escuchas mi oraciones
y cuentas todos mis pasos.

Ángel de Dios, que yo escuche tu mensaje y lo siga,
que vaya siempre contigo hacia Dios, que te envía.

Testigo de lo invisible,
presencia del cielo amiga,
gracias por tu fiel custodia,
gracias por tu compañía.

En presencia de los ángeles
suba al cielo nuestro canto:
gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo.


Bernardo Velado Graña

17.6.22

Oración por la fidelidad al Señor



Dios mío, tú eres mi vida; si te abandono, no puedo sino padecer inmensa sed. Quiero revestirme de aquella nueva naturaleza que te anhela tanto, impulsada por el amor, que llega a vencer en nosotros el temor de acercarnos a ti.

Voy hacia ti, Señor, no solo porque sin ti soy infeliz, no solo porque sé que te necesito, sino porque tu gracia me mueve a buscarte.

A medida que pasen los años, se cierre el corazón y todas las cosas se vuelvan una carga, concédeme que nunca pierda este amor juvenil, deseoso de ti.

Cuanto yo más rehúse abrirte mi corazón, que sean más firmes y más intensos tus toques sobrenaturales, y más apremiante y eficaz tu presencia dentro de mí. Amén.


San Juan Enrique Newman, religioso y cardenal.

15.6.22

Pacto de amor



Jesús mío, en presencia de María Inmaculada, mi madre, y de San José, mi protector, quiero consagrarme a tu Corazón sagrado por puro amor, y dedicarte mi vida y mis fuerzas, todas mis acciones, aceptando de antemano los sacrificios y las pruebas que me pidas. Y te pido que toques mi corazón y lo inflames con tu amor, para que no solamente tenga la intención y el deseo de amarte, sino también la alegría de ver concentrados sólo en ti todos los afectos de mi corazón, con la ayuda de tu gracia.


Para la renovación diaria:
Jesús mío, renuevo con amor el pacto que hice contigo. Concédeme la gracia de ser fiel al mismo.

Consagración al Sagrado Corazón de Jesús (por el siervo de Dios p. Martino Capelli, scj)



Te amo, oh Corazón de Jesús, te adoro y te agradezco las gracias, los signos de misericordia y predilección que me has dado hasta ahora.

Te he ofendido tanto y tú, buen Jesús, me has ganado con tu divina generosidad. Yo estaba loco de ingratitud, y Tú de amor.

Hoy, a través de las purísimas manos de Nuestra Señora de los Dolores, ofrezco, dedico y consagro total e irrevocablemente al Sagrado Corazón de Jesús todo mi ser, cuerpo y alma; mi libertad, mi memoria, mi voluntad, mi intelecto. Te consagro este pobre corazón mío, para entregarlo en el amor de tu divino Corazón.

Amén.

p. Martino Capelli, scj