Jesús mío, en presencia de María Inmaculada, mi madre, y de San José, mi protector, quiero consagrarme a tu Corazón sagrado por puro amor, y dedicarte mi vida y mis fuerzas, todas mis acciones, aceptando de antemano los sacrificios y las pruebas que me pidas. Y te pido que toques mi corazón y lo inflames con tu amor, para que no solamente tenga la intención y el deseo de amarte, sino también la alegría de ver concentrados sólo en ti todos los afectos de mi corazón, con la ayuda de tu gracia.
Para la renovación diaria:
Jesús mío, renuevo con amor el pacto que hice contigo. Concédeme la gracia de ser fiel al mismo.
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