Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

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17.11.23

Visita al Santísimo Sacramento yV. Cántico



Te adoramos, Pan Divino,
Sacramento del amor.
Festín santo que previno
para el triste peregrino
su piadoso Redentor.


La nueva Pascua de la nueva ley
cantemos hoy con júbilo profundo,
que el Pastor celestial que vino al mundo
aún es en él sustento de su grey.

Te adoramos, Pan Divino,
Sacramento del amor.
Festín santo que previno
para el triste peregrino
su piadoso Redentor.


Vistióse cuerpo el Verbo Omnipotente,
como un cordero se dejó inmolar.
Y siempre nuestra fe lo halla presente
en las augustas aras del altar.

Te adoramos, Pan Divino,
Sacramento del amor.
Festín santo que previno
para el triste peregrino
su piadoso Redentor.


Para prestar a todo mal consuelo,
para todas las almas atraer,
quiso habitar en nuestro infausto suelo;
quiso del pobre el alimento ser.

Te adoramos, Pan Divino,
Sacramento del amor.
Festín santo que previno
para el triste peregrino
su piadoso Redentor.


Así aquel cuerpo que glorioso brilla
a la diestra del Padre celestial,
es el pan que conforta, ¡oh maravilla!,
en este mundo al mísero mortal.

Te adoramos, Pan Divino,
Sacramento del amor.
Festín santo que previno
para el triste peregrino
su piadoso Redentor.


De bienes nos colmó su amor extremo,
y aún no contento el liberal Pastor,
de sí mismo nos hace el don supremo
poseyendo la hechura al Hacedor.

Te adoramos, Pan Divino,
Sacramento del amor.
Festín santo que previno
para el triste peregrino
su piadoso Redentor.


¡Gloria y aplauso al célico portento
que reverente admira el serafín!
¡Gloria y aplauso al Santo Sacramento,
gloria y aplauso y bendición sin fin!

Te adoramos, Pan Divino,
Sacramento del amor.
Festín santo que previno
para el triste peregrino
su piadoso Redentor.



Nota: Este cántico es para recitarse a solas o en compañía, según la ocasión. Asimismo, estas oraciones y el cántico que las clausura se aconseja también realizarlas durantes las solemnidades y visitas del día del Jueves Santo y del Corpus.




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15.11.23

Visita al Santísimo Sacramento IV. Oración a Jesús Sacramentado



Verbo humanado, yo os adoro humildemente en ese trono de vuestro santo amor, y os suplico me permitáis asociar mi voz, aunque tan indigna, a la de vuestra santa Iglesia, que ensalza, adora y bendice tan excepcional sacramento, instituido para vuestra gloria y nuestra santificación.

Permitid también que os rinda fervorosísimas y reverentes gracias, por ese banquete de los cielos a que os place llamar a los pobres desterrados, y que al prostrarme rendido a vuestras sagradas plantas ruegue a los espíritus angélicos y a todos los santos, y muy especialmente a su gloriosa reina vuestra bienaventurada Madre, se sirvan presentaros sus puros y ardientes homenajes, como reparación de la indignidad de los nuestros.

14.11.23

Visita al Santísimo Sacramento III. Invocación al Espíritu Santo



Venid, ¡oh Espíritu Santo!, encended nuestros corazones en vuestro divino fuego, e iluminad nuestros entendimientos con la luz de vuestra verdad.

Amén.




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13.11.23

Visita al Santísimo Sacramento II. Acto de fe



Creo en Dios Padre; creo en Dios Hijo; creo en Dios Espíritu Santo; creo en el misterio de la Santísima Trinidad, tres personas distintas y un solo Dios verdadero.

Creo en el misterio de la Encarnación del Hijo en las purísimas entrañas de la siempre Virgen María.

Creo en los misterios de la sagrada vida, pasión, muerte, resurrección y ascensión gloriosa al Cielo de nuestro Señor Jesucristo. Creo que ha de venir a juzgarnos a la conclusión de los tiempos, y que resucitando todos recibiremos, según nuestras obras, premio o castigo eterno.

Creo en el misterio del Santísimo Sacramento del Altar, y en los Sacramentos del Bautismo y la Penitencia, y en todos los demás misterios que cree y confiesa la santa Iglesia católica, como revelados por Dios, que no puede engañarse ni engañarnos.

Espero en la misericordia Divina, porque es infinita, y en los méritos de mi Redentor Jesucristo, que alcanzaré con ello el perdón de mis pecados y la vida eterna que me ha sido prometida por Aquel que es infalible.

Amor a mi Dios como Creador, conservador, Padre y continuo bienhechor mío, y quisiera haberle amado y amarle con el amor con que le aman los celestiales espíritus, y la amantísima y siempre fiel Virgen María.

Pesándome de todas mis culpas, por ser Dios quien es, bondad infinita, que alabo, adoro y bendigo, confesando que a Él solo se debe la gloria por los siglos de los siglos.

Amén.




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12.11.23

Visita al Santísimo Sacramento I. Preparación



Consideremos siempre al ir a visitar a nuestro Señor Sacramentado, no sólo la grandeza suprema y la santidad divina de Aquel a cuyos pies vamos a rendir nuestro homenaje; no sólo la pequeñez y la miseria nuestra, que nos hacen indignísimos del alto honor que tendremos llegando hasta nuestro Dios realmente presente en el altar; sino también el exceso de amor que nos prueba la institución admirable de tan augusto sacramento. Jesucristo se ha dignado, por medio de él, habitar siempre entre nosotros, haciendo sus delicias -según sus palabras adorables- de conversar con los hombres.

En la Eucaristía, en ese trono de su infinita bondad, se ocultan -desaparecen digámoslo así- los eternos resplandores de su gloria para no intimidarnos, y sólo resalta la inmensa profundidad de su misericordia para atraernos e inspirarnos confianza. Desde allí dice poderosamente a nuestros corazones aquellas divinas frases, que la ingratitud más vil no puede escuchar sin avergonzarse de sí mismo:

"Venid a mí todos. Venid los que os sentís cargados y fatigados, y yo os aliviaré" (S. Mateo 11, 28).