+ En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Ángel de Dios, que eres mi guarda, ya que la piedad divina me ha puesto bajo tu protección, ilumíname, guárdame, dirígeme y gobiérname.
(Tomando con los dedos pulgar e índice de la mano derecha la cruz del rosario, se dice):
Padre Eterno, os ofrezco la sangre preciosísima de Jesucristo, en expiación de mis pecados, y por la felicidad de la santa Iglesia.
(Y recorriendo las tres primeras cuentas del rosario próximas a la cruz, se dice en la primera):
Dios mío, creo en Vos, porque sois la suma verdad.
(En la segunda cuenta):
Espero en Vos, porque sois fiel.
(Y en la tercera):
Os amor, porque sois infinitamente bueno.
(Ahora se da paso a la Corona propiamente dicha, la cual se compone de cinco decenas, que se rezan):
Jesús, manso y humilde de corazón, haced mi corazón semejante al vuestro.
(Y después se dice diez veces, recorriendo las cuentas del rosario):
Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor.
(A lo cual se responde):
Dulce Corazón de María, sed mi salvación.
(Rezadas estas preciosas jaculatorias diez veces, se comienza la otra decena):
Jesús, manso y humilde de corazón, haced mi corazón semejante al vuestro.
(Y de nuevo otras diez veces):
Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor.
(A lo cual se responde de nuevo):
Dulce Corazón de María, sed mi salvación.
(Terminadas las cinco decenas, se rezan, recorriendo las tres cuentas próximas a la cruz en el rosario, estas otras jaculatorias):
- Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
- Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
- Jesús, José y María, espire en paz en vuestros brazos el alma mía.
Amén.
(A los que recen diariamente esta hermosísima Corona, se conceden cuatro indulgencias plenarias al mes, que ganarán confesando y comulgando en los días que elijan, y rogando, al visitar una Iglesia, por las intenciones del Papa).