Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

30.1.24

Oración de conclusión a la Santísima Virgen y al ángel de la Guarda



Gracias os doy también, Madre mía santísima del Carmelo, por vuestra asistencia poderosa en favor de este tan indigno pecador. Pues sabéis, no obstante, que deseo sinceramente santificarme más y más, continuad, Señora, con vuestro patrocinio amoroso, y dignaos constituiros depositaria y conservadora de los buenos propósitos que me inspira [me ha inspirado] la Divina Misericordia.

Vos, así mismo, ¡ángel mío!, recibid mi homenaje y no os canséis de protegerme y guardarme, dirigiendo mis pasos y llevándome por la senda hacia el Padre, que con el Hijo y el Espiritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.


Nota: Esta oración también se puede realizar como colofón a la Oración de Conclusión, después de la meditación u/y oración mental, como finalización a la misma.


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