Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

21.3.23

"Subida al Monte Carmelo" y "Noche Oscura", de San Juan de la Cruz, actualizada (185)



CAPÍTULO 12
Se incide algo más sobre cómo esta horrible noche es purgatorio, y cómo en ella ilumina la divina Sabiduría a los hombres en la tierra con la misma iluminación que purga a las almas celestiales e ilumina a los ángeles en el cielo


1. Por lo dicho hasta ahora nos daremos cuenta sobre cómo es esta oscura noche de fuego amoroso, así como de la forma en la que a oscuras va inflamando al alma. Descubriremos también cómo, así como se purgan los espíritus en la otra vida con fuego tenebroso material, en esta vida se purgan y limpian con fuego amoroso tenebroso espiritual, ya que ésta es la diferencia: que allá se limpian con fuego, y acá se limpian e iluminan sólo con amor. El cual amor pidió David (Sal.50,12) cuando dijo: "Cor mundum crea in me, Deus, etc.", ("crea en mí, oh Dios, un corazón puro; y renueva un espíritu correcto dentro de mí"). Porque la limpieza de corazón no es menos que el amor y gracia de Dios, puesto que los limpios de corazón son llamados por nuestro Salvador bienaventurados (Mt. 5, 8), lo cual es tanto como decir "enamorados", pues que la bienaventuranza no se da por menos que amor.

2. Y que se purgue iluminándose el alma con este fuego de sabiduría amorosa (porque nunca da Dios sabiduría mística sin amor, pues el mismo amor la infunde), nos lo muestra bien Jeremías (Lm. 1, 13) donde dice: "Envió fuego en mis huesos y enseñóme". Y David (Sal. 66, 10) dice que la sabiduría de Dios es plata refinada en fuego, esto es, en fuego purgativo de amor. Porque esta oscura contemplación juntamente infunde en el alma amor y sabiduría, a cada uno según su capacidad y necesidad, alumbrando al alma y purgándola, como dice el Sabio (Eclo. 51, 25-26), de sus ignorancias, como dice que lo hizo con él.

3. De aquí también inferiremos que purga estas almas y las ilumina la misma Sabiduría de Dios que purga a los ángeles de sus ignorancias, haciéndoles conocer, alumbrándolos de lo que no sabían, derivándose desde Dios por las jerarquía primeras hasta las postreras, y de ahí a los hombres. Que, por eso, todas las obras que hacen los ángeles e inspiraciones, se dicen con verdad en la Escritura y propiedad hacerlas Dios y hacerlas ellos, ya que de ordinario las deriva por ellos. Y ellos también las realizan de unos en otros sin alguna dilación, así como el rayo del sol comunicado de muchas vidrieras ordenadas entre sí que, aunque es verdad que de suyo el rayo pasa por todas, todavía cada una le envía e infunde en la otra más modificado, conforme al modo de aquella vidriera, algo más abreviada y remísamente, según ella está más o menos cerca del sol.

4. De donde se sigue que los espíritus superiores y los inferiores, cuanto más cercanos están a Dios, más purgados están y clarificados con más general purificación, y que los postreros recibirán esta iluminación mucho más tenue y remota. De esto mismo se sigue que el hombre, que está el postrero -hasta el cual se viene derivando esta contemplación de Dios amorosa cuando Dios se la quiere dar-, el ser humano, decimos, la acaba recibiendo a su modo, es decir de forma muy limitada y penosamente.

Porque la luz de Dios que al ángel ilumina, esclareciéndole y suavizándole en amor por ser puro espíritu y un ser dispuesto para esta tal infusión, al hombre sin embargo por ser impuro y flaco, de forma natural le ilumina -como previamente hemos dicho- oscureciéndole, dándole pena y aprieto, como hace el sol al ojo legañoso y enfermo, y le enamora apasionada y aflictivamente, hasta que este mismo fuego de amor le espiritualice y sutilice, purificándole hasta el momento en el que con la necesaria suavidad pueda recibir la unión de esta amada influencia al modo en la que la reciben los ángeles y ya purgado, como después diremos, mediante la acción del Señor.

Pero, mientras tanto, esa contemplación y comunicación amorosa la recibe con el aprieto y ansia de amor que explicamos aquí.







| Preparación: Oratorio Carmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




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