Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

30.10.22

"Subida al Monte Carmelo", de San Juan de la Cruz, actualizada (46)



CAPÍTULO 7.
Se explica lo angosta que es la senda que lleva a la vida eterna y lo desnudos y liberados que conviene que estén los que han de caminar por ella. Se comienza a hablar sobre la desnudez del entendimiento.


1. Para poder ahora tratar de la desnudez y pureza de las tres potencias del alma, sería necesario otro mayor saber y espíritu que el mío, con que pudiese bien dar a entender a los espirituales cuán angosto es este camino que dijo nuestro Salvador que guía a la vida para que, persuadidos en esto, no se maravillen del vacío y desnudez en que en esta noche hemos de dejar las facultades del alma.

2. Para lo cual se deben notar con advertencia las palabras que por san Mateo, en el capítulo 7 (v. 14), nuestro Salvador dijo de este camino: "¡Cuán angosta es la puerta y estrecho el camino que guía a la vida, y qué pocos los que van por él!". En latín sería: "Quam angusta porta, et arcta via est, quae ducit ad vitam, et pauci sunt qui inveniunt eam", po lo que debemos prestar mucha atención a la importancia y encarecimiento que contiene en sí la partícula "quam" porque es como si dijera: "de verdad es mucho más angosta de lo que pensáis". Y también hay que destacar que primero dice que es angosta la puerta, para dar a entender que para entrar el alma por esta puerta de Cristo, que es el principio del camino, primero se ha de angostar y desnudar la voluntad que tengamos puesta en todas las cosas sensuales y temporales, amando a Dios sobre todas ellas, lo cual pertenece a la noche del sentido de la que ya hemos hablado con anterioridad.

3. Y luego dice que es estrecho el camino, conviene a saber: de la perfección, para dar a entender que, para ir por el camino de perfección, no sólo se ha de acceder por la puerta angosta, vaciándose de lo sensitivo, sino también se ha de estrechar, desapropiándose y desanudándose específicamente en lo que es de parte del espíritu. Y así, lo que dice de la puerta angosta podemos referirlo a la parte sensitiva del hombre; y lo que dice del camino estrecho, podemos entender se refiere a la parte espiritual o racional; y lo que dice sobre que pocos son los que hallan ese camino se debe notar la causa, que es porque pocos hay que sepan y quieran entrar en esta suma desnudez y vacío de espíritu. Porque esta senda del alto monte de perfección, como quiera que ella vaya hacia arriba y sea angosta, requiere unos guías que ni lleven carga que les haga peso cuanto a lo inferior ni cosa alguna que les haga engancharse en cuanto a lo superior ya que, pues de lo que se trata aquí es a sólo Dios buscar y aspirar, ninguna otra cosa y nada más que a Dios es el que se ha de buscar y granjear.

4. De esto se ve claro que no sólo de todo lo que es de parte de las criaturas ha de ir el alma desembarazada, mas también de todo lo que es de parte de su espíritu ha de caminar desapropiada y aniquilada. De donde, instruyendonos e induciendonos nuestro Señor en este camino, dijo por san Marcos, capítulo 8 (v. 34­35) aquella tan admirable doctrina, no se si diré tanto menos ejercitada de los espirituales cuanto les es más necesaria la cual, por serlo tanto y tan a nuestro propósito, la referiré aquí al completo, y declararé según el humano y espiritual sentido de ella. Dice, pues, así: "Si alguno quiere seguir mi camino, nieguese a sí mismo y tome su cruz y sígame. Porque el que quisiere salvar su alma, la perderá, pero el que por mí la perdiere, la ganará".







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