4. Y aún la fe excede mucho más de lo que dan a entender los mencionados ejemplos, porque no solamente no hace conocimiento y ciencia, sino que además y como hemos explicado priva y ciega de otros cualesquiera que sean conocimientos y ciencias, para que puedan bien juzgar de ella. Porque otras ciencias con la luz del entendimiento se alcanzan, mas esta de la fe sin la luz del entendimiento se alcanza negándose por la fe, y con propia luz se pierde si no se es oscurecida antes. Por lo cual dijo Isaías (7, 9): "Si no creyeseis, no entendereis".
Luego claro está que la fe es noche oscura para el alma, y es de esta manera que le da luz, y cuanto más la oscurece más luz la da de sí, porque cegándola le da su luz, según se menciona en Isaías (7, 9): "Porque si no creyeseis no entendereis", esto es, no tendréis luz. Y así fue figurada la fe por aquella nube que dividía a los hijos de Israel y a los egipcios al punto de entrar en el Mar Rojo, de la cual dice la sagrada Escritura (Ex. 14, 20) que era nube tenebrosa y luminosa noche; quiere decir que aquella nube era tenebrosa y alumbradora a la noche.
5. Admirable cosa es que, siendo tenebrosa, alumbrase la noche; esto era porque la fe, que es nube oscura y tenebrosa para el alma -la cual es también noche, pues, en presencia de la fe, de su luz natural queda privada y ciega-, con su tiniebla alumbra y da luz a la tiniebla del alma. Porque así convenía que fuese semejante al maestro el discípulo (Lc. 6, 40). Porque la persona que está en tiniebla no podía convenientemente ser alumbrada sino por otra tiniebla, según nos lo enseña David (Sal. 18, 3), diciendo: "El día comunica y susurra su palabra al día, y la noche muestra ciencia a la noche". Que, hablando más claro, quiere decir: el día, que es Dios, en la bienaventuranza, donde ya es de día, a los bienaventurados ángeles y almas que ya son día les comunica y pronuncia la Palabra, que es su Hijo, para que la conozcan y la gocen. Y la noche, que es la fe en la iglesia militante, donde aún es de noche, muestra ciencia a la Iglesia y, por consiguiente, a cualquier alma, la cual le es noche, pues está privada de la clara sabiduría beatífica; y en presencia de la fe la consecuencia es que de su luz natural está ciega.
6. De manera que lo que de aquí se ha de concluir es que la fe, ya que es noche oscura, da luz al alma, que está a oscuras, como se verifica en lo que tambien dice David (Sal. 138, 11) a este propósito, diciendo: "En los deleites de mi pura contemplación y unión con Dios, la noche de la fe será mi guía". En lo cual claramente da a entender que el alma ha de estar en tiniebla para tener la luz para este camino.
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