"Ama, pues, al Señor Dios tuyo, y observa en todo tiempo sus preceptos". (Deuter, XI, 1).
"Con amor perpetuo te amé; por eso te atraje teniendo misericordia". (Jerem. XXXI, 3).
"Yo amo a los que me aman". (Prov. VIII, 17).
"Quien ama el peligro, perecerá en él". (Eccle. III, 27).
"Ama a Dios toda tu vida, e invócale para tu salud". (Eccle, XIII, 18).
"Muchas aguas no pudieron apagar la caridad". (Cantar, VIII, 7).
"Perdonas todas las cosas porque tuyas son, Señor, que amas las almas". (Sap. XI, 27).
"El que ama a padre o a madre más que a Mí, no es digno de Mí. Y el que ama a hijo o a hija más que a Mí, no es digno de Mí". (Matth. X, 37).
"Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todo tu entendimiento". (Matth. XXII, 37).
"De tal manera amó Dios al mundo, que le dio a su Unigénito Hijo". (Joan, III, 16).
"Dios es caridad, y quien permanece en caridad, en Dios permanece, y Dios en él". (Joan, IV, 16).
"Si me amáis, guardad mis mandamientos". (Joan, X, 14, 15).
"Como el Padre me amó, así también Yo os he amado". (Joan, XV, 9).
"Este es mi mandamiento, que os améis los unos á los otros como Yo os amé". (Joan, XV, 12).
"No queráis amar al mundo, ni las cosas que hay en el mundo. Si alguno ama el mundo, la caridad del Padre no está en El". (I Joan, II, 15).
"Considerad cuál caridad nos ha dado el Padre, queriendo que tengamos el nombre de hijos de Dios y lo seamos". (III Joan. 1).
"El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es caridad". (I Joan, IV, 8).
"En la caridad no hay temor; mas la caridad perfecta echa fuera el temor, porque el temor tiene pena, y así el que teme, no es perfecto en la caridad". (I Joan, IV, 18).
"Pues ¿quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación ? ¿O angustia?¿O hambre? ¿O desnudez? ¿O peligro? ¿O persecución? ¿O espada?... Estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni Angeles, ni principados, ni virtudes, ni cosas presentes, ni venideras,
ni fortaleza, ni altura, ni profundidad, ni otra criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Jesucristo Señor nuestro". (Rom. VIII, 35, 38, 39).
"Si alguno no ama a Nuestro Señor Jesucristo, sea excomulgado, perpetuamente execrable". (I ad Cor. XVI, 22).
"El amor de Cristo nos estrecha... Y Cristo murió por todos, para que los que viven no vivan ya para sí, sino para Aquel que murió por ellos y resucitó". (II Cor. V, 14, 15).
"Yo a los que amo reprendo y castigo". (Apocal. ni, 19).
Estos y otros muchos textos de la Sagrada Escritura, que no reproducimos por juzgarlo innecesario, nos dan a conocer el amor inmenso que Dios nos tiene, infinitamente superior a toda dilección.
El amor lo hizo bajar del cielo á la tierra; tomar la naturaleza humana, lo mismo que la nuestra, fuera del pecado original, y morir por nosotros en una cruz, después de habernos dejado el Santísimo Sacramento del altar. ¿Quién, sabiendo esto, no se estudiará á sí mismo para evitar todas las faltas, y subir al cielo sin tocar en el Purgatorio?
| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
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