Padre Santo, recibid como sacrificio propiciatorio por las necesidades de la Iglesia, y en reparación por los pecados de los hombres, la preciosísima Sangre y Agua salidas de la llaga del divino Corazón de Jesús, y tened misericordia de nosotros. Amén. (80 días de indulgencia).
Jesús amadísimo, y dulce Salvador mío, permitid que os ofrezca y ofrezca por Vos mismo al Eterno Padre, la preciosísima Sangre y Agua salidas de la herida hecha a Vuestro divino Corazón en el árbol de la Cruz. Dignaos aplicar eficazmente esa Sangre y esa Agua a todas las almas, en particular a las de los pobres pecadores, a las ánimas del purgatorio, y a la mía. Purificad, regenerad, salvad a todos los hombres en virtud de vuestros méritos.
Otorgadnos, en fin, amado Jesús, el entrar dentro de vuestro Corazón amantísimo para habitar en Él y no separarnos de Él jamás. Amén. (180 días de indulgencia).
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