Para tener la gran alegría de la rehabilitación se requiere la osadía de pedir perdón, un perdón que de parte de Dios está garantizado de antemano por medio de Jesús. Para hacer fiesta y poder experimentar la más profunda alegría que nos permite vivir como criaturas nuevas se requiere pues, pedir perdón, sentir de cerca al Padre y la fuerza entrañable de su amor. Asimismo el padre muestra su cariño hacia el hijo mayor queriendo liberarlo de su obcecación para percibir la gratuidad del amor que él le está brindando continuamente, e invitándolo a participar de la fiesta del encuentro con el hermano perdido, de su habilitación y de su nueva vida.
P. José Cervantes Gabarrón
No hay comentarios:
Publicar un comentario