Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

5.12.22

"Subida al Monte Carmelo", de San Juan de la Cruz, actualizada (82)



CAPÍTULO 23.
Se comienza a tratar sobre de qué se trata las aprehensiones del entendimiento que son puramente por vía espiritual.


1. Aunque la doctrina que hemos dado acerca de las aprehensiones del entendimiento que son por vía del sentido, según lo que de ellas había de tratar, queda algo corta, no he querido alargarme más en esa doctrina; sin embargo para cumplir con el intento que yo aquí llevo, que es desanudar el entendimiento de ellas y encaminarle a la noche de la fe, antes entiendo me he alargado demasiado.
Por tanto, comenzaremos ahora a tratar de aquellas otras cuatro aprehensiones del entendimiento, que en el capítulo 10 dijimos ser puramente espirituales, que son visiones, revelaciones, locuciones y sentimientos espirituales. A las cuales llamamos puramente espirituales porque al contrario de las corporales imaginarias, no se comunican al entendimiento por vía de los sentidos corporales, sino, sin intervención de algún medio de sentido corporal exterior o interior, se ofrecen al entendimiento clara y distintamente por vía sobrenatural pasivamente, que es sin poner el alma algún acto u obra de su parte, a lo menos activo.

2. Es, pues, de saber que hablando por encima y en general, todas estas cuatro aprehensiones se pueden llamar visiones del alma, porque al entender del alma llamamos también "ver" del alma. Y por cuanto todas estas aprehensiones son inteligibles al entendimiento, son llamadas visibles espiritualmente hablando. Y así, las inteligencias que de ellas se forman en el entendimiento se pueden llamar visiones intelectuales. Y es que todos los objetos de los demás sentidos, como son todo lo que se puede ver, y todo lo que se puede oír, y todo lo que se puede oler y gustar y tocar, son objeto del entendimiento, es ese mismo entendimiento quien las puede considerar y juzgar que son verdaderas o falsas. De esto se sigue que así como a los ojos corporales todo lo que es visible corporalmente les causa visión corporal, así a los ojos del alma espirituales, que es el entendimiento, todo lo que es inteligible le causa visión espiritual pues, como hemos dicho, el entenderlo es verlo. Y así, estas cuatro aprehensiones, hablando generalmente, las podemos llamar "visiones", lo cual no tienen los otros sentidos, porque un sentido no es capaz notar el objeto de otro sentido diferente.

3. Ya que estas aprehensiones se representan al alma al modo que a los demás sentidos ocurre que, hablando propia y específicamente, a todo lo que recibe el entendimiento a modo de ver (porque puede ver las cosas espiritualmente así como los ojos ven corporalmente) llamamos "visión"; y a lo que recibe como adquiriendo y entendiendo cosas nuevas, así como el oído oyendo cosas no oídas, llamamos "revelación"; y a lo que recibe a manera de oír, llamamos "locución"; y a lo que recibe a modo de los demás sentidos, como es la inteligencia de suave olor espiritual, y de sabor espiritual, y deleite espiritual que el alma puede gustar sobrenaturalmente, llamamos "sentimientos espirituales". De todo lo cual el espíritu saca inteligencia o visión espiritual, sin tener que experimentar alguna forma, imagen o figura de imaginación o fantasía natural, sino que inmediatamente estas cosas se comunican al alma por obra sobrenatural y por medio sobrenatural.

4. De este tipo de comunicaciones, como de las demás aprehensiones corporales imaginarias hicimos, nos conviene desprender aquí el entendimiento, encaminándole y enderezándole por ellas en la noche espiritual de fe a la divina y sustancial unión de Dios porque, si con ellas se enreda el alma se le impide el camino de la soledad y desnudez, que para esto se requiere, de todas las cosas. Puesto que habida cuenta que estas son más nobles aprehensiones y más provechosas y mucho más seguras que las corporales imaginarias (por cuanto son ya interiores, puramente espirituales y a ellas menos puede llegar el demonio, porque se comunican ellas al alma más pura y sutilmente sin obra alguna de ella ni de la imaginación, a lo menos activa) todavía no sólo se podría el entendimiento aprisionar para el dicho camino, sino que más aún, podría ser muy engañado por su poco recato.

5. Y aunque, en alguna manera, podríamos juntamente concluir con estas cuatro maneras de aprehensiones, dando el común consejo en ellas que en todas las demás vamos dando de que ni se pretendan ni se quieran, insistiremos todavía ya que ahondando en este tema se dará más luz en el mismo y se llegarán a conocer mejor, por lo cual es bueno tratar de cada una de ellas en particular. Y así, tocaremos las primeras que son visiones espirituales o intelectuales.







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