Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

12.4.22

Qué son los votos personales (y qué no son)



Muchas personas piadosas hacen votos y promesas a Dios muchas veces, bien para obtener alguna gracia, o para adquirir más perfección y agradar más a nuestro Señor. El voto es una promesa deliberada hecha a Dios de una cosa mejor. No son votos los sencillos propósitos que hacemos a Dios, o en nuestro interior, de alguna materia, sino que el voto es una promesa formal, deliberada, advertida, considerada, con la cual nos comprometemos seriamente y bajo pecado a alguna cosa. Si no hubo advertencia plena, intención de obligarse y libertad de cumplir, el voto no vale nada, y es como si no se hubiera hecho. Y cuando uno mismo duda de si hizo voto o sencillo propósito, no se tenga por obligado como voto.

Puede uno obligarse con voto, según cada uno quiera, o bajo pecado mortal o bajo pecado venial. Pero ahora bien, es de advertir que no se puede uno obligar bajo pecado mortal cuanto la materia es leve, por ejemplo a rezar una vez tres Avemarías. En cambio, puede obligarse bajo pecado venial, aunque la materia sea grave (por ejemplo, hacer voto por erigir un templo).

Consejos acerca de los votos:
- No se hagan sin reflexionar.
- No se hagan votos numerosos, es mejor hacer pocos y cumplirlos.
- No se hagan votos sobre cosas muy difíciles.
- Consultar antes a un director espiritual prudente.
- Cuando se tenga dificultad real y manifiesta en cumplir un voto, acudir a un confesor.

En general, es mejor contentarse con hacer propósitos sin más, y cumplirlos, y sólo dejar los votos para los casos más graves, o para estados en los que son necesarios (sacerdocio, matrimonio, consagración...). Con cumplir los propósitos que realicemos ya tendremos tarea más que suficiente, sin necesidad de acudir a votos estrafalarios. Hacer votos a la ligera cuando estamos en dificultades o en situaciones extremas (enfermedad mortal, gran desgracia personal...) no es nada aconsejable, dado que podríamos incurrir en pecado cuando, una vez superada la situación, nos olvidemos del voto o no estemos en condiciones de cumplirlo. Por ello, los votos siempre han de darse en situaciones de paz espiritual, y de equilibrio emocional y en profunda serenidad.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |

10.4.22

Los nueve primeros viernes de mes



La gran promesa:
Entre las muchas y ricas promesas que Jesucristo hizo a los que fuesen devotos de su Sagrado Corazón, siempre ha llamado y llama la atención la que hizo a los que comulgasen en honra suya nueve primeros viernes de mes seguidos. Es tal, que todos la conocen con el nombre de "la gran promesa".

He aquí cómo la refiere santa Margarita de Alacoque:

"Un viernes, después de la Sagrada Comunión, mi Divino Maestro dijo a esta su indigna esclava lo siguiente: 'Yo te prometo en la excesiva misericordia de mi Corazón, que mi amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve primeros vienes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final, que no morirán en mi desgracia ni sin recibir los Sacramentos, sirviéndoles mi Corazón de asilo seguro en aquella última hora'".

Lo que se compromete en esta promesa:
En esta promesa se promete el favor de morir en gracia de Dios. Sea que reciba los sacramentos en la última hora, sea que los haya recibido antes y no haya perdido la gracia después, sea que haga un acto de contrición equivalente al sacramento de la penitencia, según esta promesa, el que comulgue seguidos nueve primeros viernes morirá con los sacramentos, y en gracia y amistad de Dios.

Lo que es necesario hacer para obtener esta gracia:
Comulgar nueve primeros viernes de mes seguidos en gracia de Dios, con intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús. Esto es lo necesario y nada más, ni confesión, ni oraciones, ni otras prácticas de otro tipo.

Lo que conviene hacer para obtener esta gracia:
Además de esto, para celebrar bien los primeros viernes en honra del Corazón de Jesús, conviene, aunque no es necesario, honrar al Corazón divino con algunas devociones, ora solemnes, como suelen usarse en algunos Apostolados, o bien privadas, según la devoción y posibilidades de cada uno.

Culto solemne el primer viernes.
Por la mañana se puede tener comunión general a buena hora, y a la tarde una función más o menos breve y solemne al Corazón de Jesús, exponiendo al Santísimo, explicando o leyendo la Intención del mes o algunas palabras acerca de ella, rezando las letanías y algún acto de desagravio o de consagración. Caso de no poderse hacer esto a la tarde, se puede hacer todo ello en la misma mañana durante la misa de comunión.

Culto privado el primer viernes:
Cuando no hay culto público o no se puede asistir a él, se puede hacer de forma particular. Por ello, se puede realizar la oración siguiente, además de las letanías al Sagrado Corazón de Jesús, o algún acto de desagravio, o de consagración. También se puede acompañar de una novena, coincidiendo con los nueve primeros viernes de los nueve meses.


Oración para el culto privado, que puede hacerse después de cada una de las comuniones de los nueve primeros viernes de mes:
Jesús mío dulcísimo, que en vuestra infinita y bondadosísima misericordia prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaren en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos, acordaos de esta promesa y a mí, indigno siervo vuestro, que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en Vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.

Jaculatorias:
Corazón de Jesús, Casa de Dios y Puerta del cielo, tened piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, rico con todos los que os invocan, tened piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, esperanza de los que mueren en Vos, tened piedad de nosotros.


Letanías al Sagrado Corazón de Jesús:
Señor, ten piedad de nosotros..
- Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad de nosotros...
- Cristo, ten piedad
Señor: ten piedad de nosotros...
- Señor, ten piedad

Jesucristo, óyenos...
- Cristo, óyenos
Jesucristo, escúchanos...
- Cristo, escúchanos

Oh Dios, Padre Celestial...
- Tened misericordia de nosotros

Dios Hijo, Redentor del mundo...
- Tened misericordia de nosotros

Dios Espíritu Santo...
- Tened misericordia de nosotros

Santísima Trinidad, un solo Dios...
- Tened misericordia de nosotros

Corazón de Jesús, Hijo Eterno del Padre...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, de majestad infinita...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, templo santo de Dios...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, sagrario del Dios Altísimo...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, fuego inagotable de caridad...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, donde se encierra toda justicia y todo amor...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, pleno de bondad y de amor...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, ilimitado en todas las virtudes...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, dignisimo de toda alabanza...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, en quien existen todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, en quien habita la plenitud de la divinidad...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, en quien el Padre Celestial se ha complacido plenamente...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos nos enriquecemos...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, deseado de todas las naciones...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, paciente y de gran misericordia...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, rico y generoso con todos los que te invocan...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, propicio a perdonar nuestros pecados...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, saturado por los oprobios de la gente...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, quebrantado por nuestros pecados...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, obediente hasta la muerte...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, atravesado por una lanza...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, víctima de los pecadores...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, delicia de todos los santos...
- Ten piedad de nosotros

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo...
- Perdónanos, Señor

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo...
- Escúchanos, Señor

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo...
- Ten misericordia de nosotros

¡Jesús, manso y humilde de corazón...,
- haced nuestro corazón semejante al vuestro!

Oración de las letanías:
Omnipotente y sempiterno Dios, mira al Corazón de tu amantísimo Hijo y a las alabanzas y satisfacciones que te dió en nombre de los pecadores, y concede propicio el perdón a los que imploramos tu misericordia, en nombre de tu mismo Hijo Jesucristo, que contigo vive y reina en unión con el Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.


Consagración al Sagrado Corazón de Jesús:
Rendido a vuestros pies, ¡oh, Jesús mío!, considerando las inefables muestras de amor que me habéis dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo vuestro amabilísimo Corazón, os pido humildemente la gracia de conoceros, amaros y serviros, como fiel discípulo vuestro, para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que generoso concedéis a los que de veras os conocen, aman y sirven.

¡Mirad que soy muy pobre, dulcísimo Jesucristo, y necesito de Vos, como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! ¡Mirad que soy muy inculto, oh soberano Maestro, y necesito de vuestras divinas enseñanzas para que sean luz y guía de mi ignorancia! ¡Mirad que soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los abatidos, y caigo a cada paso y necesito apoyarme en Vos para no desfallecer! Sé tú todo para mí, Sagrado Corazón, socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda mi necesidad. De Vos lo espera todo mi pobre corazón: Vos lo alentasteis, cuando con tiernos acentos dijisteis repetidas veces en vuestro Evangelio: "Venid a Mí..., Aprended de Mí..., Pedid..., Llamad...,". A las puertas de vuestro Corazón vengo, pues, hoy, y llamo, y espero. Del mío os hago, ¡oh mi Señor!, firme, formal y decidida entrega. Tomadlo todo Vos, tomad Vos todo cuanto soy y tengo, y dadme, en cambio, lo que sabéis me ha de hacer agradable para Vos y dichoso en la eternidad. Me pongo enteramente a vuestro servicio, tomadme como Vos queráis: esclavo, siervo, servidor tuyo, con tal de que permanezca siempre fiel a Vos, y no os defraude jamás. Amén.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |

8.4.22

Itinerario (oraciones para antes de emprender un viaje)



Antífona:
Por caminos de paz y prosperidad nos dirija nuestro Dios Omnipotente, Señor misericordioso; sea nuestro compañero en el viaje el ángel San Rafael, para que en paz y con salud y alegría podamos volver a nuestra casa.


Cántico de Zacarías:
Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitando una fortaleza de salvación en la casa de David, su siervo,
como lo había anunciado por los labios de sus santos profetas, que existen desde tiempos antiguos,
para salvarnos de nuestros enemigos y de todos los que nos odian,
para ejercer la misericordia con nuestros padres,
acordándose de su santa alianza,
y del juramento que juró a nuestro padre Abraham,
que nos concedería la gracia de servirle sin temor,
salvos de nuestros enemigos.

Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo,
porque irás delante de Él preparando su camino,
para dar a su pueblo el conocimietno de su salvación
con la remisión de sus pecados,
por la entrañable misericordia de nuestro Dios
con que nos ha visitado como oriente que viene del cielo,
a iluminar a los que están sentados en tinieblas y sombras de muerte
y dirigir nuestros pasos por el camino de la paz.


Antífona:
Por caminos de paz y prosperidad nos dirija nuestro Dios Omnipotente, Señor misericordioso; sea nuestro compañero en el viaje el ángel San Rafael, para que en paz y con salud y alegría podamos volver a nuestra casa.


Señor, ten piedad,
- Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad,
- Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad,
- Señor, ten piedad.

Padrenuestro...

No nos dejes caer en la tentación, Señor,
- mas líbranos del mal.

Salva a tus siervos,
- que esperan, oh Dios mío, en ti.

Envíanos, Señor, auxilio desde tu santuario,
- y desde Sión defiéndenos.

Sé para nosotros, oh Señor, torre de fortaleza,
- ante los ataques del enemigo.

Nada pueda el enemigo contra nosotros,
- y no logre dañarnos el hijo de la maldad.

Bendito sea el Señor todos los días,
- haga próspero nuestro viaje Dios nuestro salvador.

Enséñanos, oh Señor, tus caminos,
- e intrúyenos en tus senderos.

Ojalá se dirijan todos nuestros pasos,
- a la guarda de tus mandamientos.

Rectifíquese lo torcido,
- y lo áspero se convierta en camino llano.

A sus ángeles dió el Señor encargo de ti,
- para que te guarden en todos tus caminos.

Escucha, Señor, mi oración,
- y mi clamor llegue hasta ti.


Oración:
Oh Dios, que hiciste caminar a los hijos de Israel por medio del mar a pie enjuto, y que por medio de una estrella mostraste su camino a los tres Magos, te rogamos nos concedas un viaje próspero y tiempo tranquilo, para que acompañados de tu santo ángel podamos llegar felizmente a nuestro destino, y después de nuestro tránsito por este mundo, al puerto de la eterna salvación.

Oh Dios, que habiendo sacado a tu siervo Abraham de la tierra de Ur de los Caldeos, le guardaste ileso por todos los caminos de su peregrinación, te rogamos que nos guardes a nosotros, siervos tuyos. Sé para nosotros, oh Señor, auxilio al emprender el viaje, alivio al proseguirlo, sombra en el calor, abrigo en la lluvia y en el frío, sostén en el cansancio, defensa en las adversidades, báculo en los resbaladeros, puerto en el naufragio, para que, guiándonos Tú, lleguemos felizmente a destino y, finalmente, incólumes a nuestros hogares.

Atiende, te rogamos, oh Señor, a nuestras súplicas, y ordena prósperamente para nuestra salvación el camino de tus siervos, para que en todas las peripecias de esta nuestra vida y peregrinación seamos siempre protegidos por tu poderoso auxilio.

Concede, te rogamos, Omnipotente Dios, que esta tu familia camine siempre por los senderos de la salvación, y que siguiendo las enseñanzas de tu bienaventurado precursos San Juan Bautista, llegue con toda seguridad a aquel a quien él anunció, a Nuestro Señor Jesucristo, Hijo tuyo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Caminemos en paz,
- en el nombre del Señor.



Conclusión y oración al arcángel San Rafael:
Este santo Arcángel es protector de los caminantes, de los viajeros, y también médico de los dolientes.

Rafael significa "medicina de Dios" o "médico enviado de Dios". Él guió a Tobías el hijo, y le dió medicina para sanar a Tobías, su padre.


Oración a San Rafael:
Oh Dios, que a tu siervo Tobías diste por compañero de su viaje al bienaventurado Arcángel Rafael, concédenos a tus siervos que seamos siempre protegidos por su custodia y fortificados por su auxilio. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |

6.4.22

Oración de súplica con el salmo 69 para tiempos de angustia y necesidad



Oh Dios, acude en mi auxilio; oh Señor, apresúrate en socorrerme.

Queden confundidos y temerosos los que buscan mi vida.

Retrocedan y queden avergonzados los que buscan mi mal.

Retrocedan sonrojados los que me insultan y se burlan de mí.

Regocíjense y alégrense en ti todos los que te buscan, y los que aman la salud que de ti viene digan sin cesar: "Alabado sea el Señor".

Yo soy un necesitado y un pobre, oh Dios, ven a ayudarme.

Tú eres mi amparo y mi libertador, Señor, no tardes en socorrerme.

Gloria al Padre, gloria al Hijo, y gloria al Espíritu Santo,
- como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

Salva a tus siervos,
- que esperan en ti, Dios mío.

Sé para nosotros, Señor, torre de fortaleza,
- enfrente del adversario.

Nada pueda contra nosotros el enemigo,
- ni consiga hacernos daño el hijo de iniquidad.

Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados,
- ni nos pagues según nuestras iniquidades.

Roguemos por nuestro pontífice,
- el Señor le conserve y le dé vida, y le haga feliz en la tierra, y no le entregue en poder de sus enemigos.

Roguemos por nuestros bienhechores,
- a todos los que nos hacen bien por tu nombre, dígnate Señor, darles en recompensa la vida eterna. Amén.

Roguemos por los fieles difuntos,
- oh Señor, dales el descanso eterno, y brille para ellos la luz perpetua.

Descansen en paz,
- amén.

Por nuestros hermanos ausentes,
- Salva, oh Dios mío, a tus siervos, que esperan en ti.

Envíales, Señor, tu auxilio desde tu santuario,
- y protégeles desde Sión.

Escuchar, Señor, mi oración,
- y mi clamor llegue a ti.

El Señor esté con vosotros.
- Y con tu espíritu.


Oremos:
Oh Dios, de quien es propio tener misericordia y perdonar: escucha nuestra súplica, para que a nosotros y a todos tus siervos, que estamos amarrados con las cadenas de las culpas, nos desate, piadosa, tu clemente misericordia.

Te rogamos, Señor, que escuches nuestras súplicas y perdones los pecados de los que te alabamos, para que tu benignidad nos conceda juntamente el perdón y la paz.

Muéstranos benigno, oh Señor, tu inefable misericordia, para que al mismo tiempo nos despojes de todos nuestros pecados, y nos libres de las penas que por ellos merecemos.

Oh Dios, que te ofendes con el pecado y te aplacas con la misericordia, atiende propicio a los ruegos de tu pueblo suplicante y aparta los castigos de tu justa indignación, que por nuestros pecados tenemos merecidos.

Todopoderoso y sempiterno Dios, apiádate de tu siervo nuestro pontífice, y dirígele conforme a tu clemencia por el camino de la eterna salvación, para que asistiéndole tu gracia, ame lo que te agrada y con esforzado ánimo lo lleve a cabo.

Dios, Padre mío, de quien proceden los deseos santos, los consejos rectos y las obras justas, concede a tus siervos aquella paz que el mundo no puede dar, para que nuestros corazones se ocupen en cumplir tus mandamientos y, ahuyentando el temor de los enemigos, sean por tu protección tranquilos nuestros tiempos.

Abrasa, Señor, en el fuego del Espíritu Santo nuestras entrañas y nuestros corazones, para que te sirvamos con cuerpo casto, y te agrademos con puro corazón.

Oh Dios, creador y redentor de todos los fieles, concede el perdón de todos sus pecados a las almas de tus siervos y siervas, para que consigan por estas piadosas súplicas la indulgencia que siempre desearon.

Te rogamos, Señor, que prevengas nuestras acciones inspirándolas, y las prosigas ayudándolas, para que todas nuestras oraciones y operaciones empiecen siempre por ti, y como empezaron, terminen por ti.

Todopoderoso y sempiterno Dios, que dominas lo mismo sobre los vivos que sobre los muertos, y tienes misericordia de cuantos sabes ya que han de ser tuyos por su fe y por sus obras, te pedimos suplicantes que aquellos por quienes hemos tenido intención de rogar, ya los retenga todavía en su carne la presente vida, o ya despojados del cuerpo los haya acogido la venidera, intercediendo todos tus santos por tu piadosa clemencia, consigan el perdón de todos sus pecados.

Por nuestro Señor Jesucristo Hijo tuyo, que como Dios vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos.
- Amén.

El Señor esté con vosotros.
- Y con tu espíritu.

Escúchanos, Señor omnipotente y misericordioso.
- Amén.

Y las almas de los fieles, por la misericordia de Dios, descansen en paz.
- Amén.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |

5.4.22

Letanías de los santos (rogativas)



Señor, ten piedad.
- Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.
- Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.
- Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.
- Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.
- Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial,
- ten misericordia de nosotros.

Dios, Hijo Redentor del mundo,
- ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo,
- ten misericordia de nosotros.

Santa María,
- ruega por nosotros.

Santa Madre de Dios,
- ruega por nosotros.

Santa Virgen de las Vírgenes,
- ruega por nosotros.

San Miguel,
- ruega por nosotros.

San Gabriel,
- ruega por nosotros.

San Rafael,
- ruega por nosotros.

Todos los Santos Ángeles y Arcángeles,
- rogad por nosotros.

Todos los santos coros de Espíritus bienaventurados,
- rogad por nosotros.

San Juan Bautista,
- ruega por nosotros.

San José,
- ruega por nosotros.

Todos los santos Patriarcas y Profetas,
- rogad por nosotros.

San Pedro,
- ruega por nosotros.

San Pablo,
- ruega por nosotros.

San Andrés,
- ruega por nosotros.

Santiago,
- ruega por nosotros.

San Juan,
- ruega por nosotros.

Santo Tomás,
- ruega por nosotros.

San Felipe,
- ruega por nosotros.

San Bartolomé,
- ruega por nosotros.

San Mateo,
- ruega por nosotros.

San Simón,
- ruega por nosotros.

San Tadeo,
- ruega por nosotros.

San Matías,
- ruega por nosotros.

San Bernabé,
- ruega por nosotros.

San Lucas,
- ruega por nosotros.

San Marcos,
- ruega por nosotros.

Todos los Santos Apóstoles y Evangelistas,
- rogad por nosotros.

Todos los Santos discípulos del Señor,
- rogad por nosotros.

Todos los Santos Inocentes,
- rogad por nosotros.

San Esteban,
- ruega por nosotros.

San Lorenzo,
- ruega por nosotros.

San Vicente,
- ruega por nosotros.

San Juan,
- ruega por nosotros.

Santos Fabián y Sebastían,
- rogad por nosotros.

Santos Cosme y Damián,
- rogad por nosotros.

Santos Gervasio y Protasio,
- rogad por nosotros.

Todos los santos Mártires,
- rogad por nosotros.

San Gregorio,
- ruega por nosotros.

San Ambrosio,
- ruega por nosotros.

San Agustín,
- ruega por nosotros.

San Jerónimo,
- ruega por nosotros.

San Martín,
- ruega por nosotros.

San Nicolás,
- ruega por nosotros.

Todos los santos Pontífices y Confesores,
- rogad por nosotros.

Todos los santos Doctores,
- rogad por nosotros.

San Antonio,
- ruega por nosotros.

San Benito,
- ruega por nosotros.

San Bernardo,
- ruega por nosotros.

Santo Domingo,
- ruega por nosotros.

San Francisto,
- ruega por nosotros.

Todos los santos Sacerdotes y Levistas,
- rogad por nosotros.

Todos los santos Monjes y Ermitaños,
- rogad por nosotros.

Santa María Magdalena,
- ruega por nosotros.

Santa Agueda,
- ruega por nosotros.

Santa Lucía,
- ruega por nosotros.

Santa Inés,
- ruega por nosotros.

Santa Cecilia,
- ruega por nosotros.

Santa Catalina,
- ruega por nosotros.

Santa Anastasia,
- ruega por nosotros.

Santa Teresa,
- ruega por nosotros,

Todas las santas Vírgenes y Viudas,
- rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios,
- interceded por nosotros.

Sé para nosotros propicio,
- perdónanos, Señor.

Sé para nosotros propicio,
- escúchanos, Señor.

De todo mal,
- líbranos, Señor.

De todo pecado,
- líbranos, Señor.

De tu ira,
- líbranos, Señor.

De muerte repentina e imprevista,
- líbranos, Señor.

De las asechanzas del demonio,
- líbranos, Señor.

De ira y odio y toda mala voluntad,
- líbranos, Señor.

Del espíritu de impureza,
- líbranos, Señor.

De rayos y tempestades,
- líbranos, Señor.

Del castigo de terremotos,
- líbranos, Señor.

De pestes, hambres y guerras,
- líbranos, Señor.

De la muerte eterna,
- líbranos, Señor.


Por el misterio de tu santa encarnación,
- líbranos, Señor.

Por tu nacimiento,
- líbranos, Señor.

Por tu bautismo y sagrado ayuno,
- líbranos, Señor.

Por tu cruz y pasión,
- líbranos, Señor.

Por tu muerte y sepultura,
- líbranos, Señor.

Por tu santa resurrección,
- líbranos, Señor.

Por tu admirable ascensión,
- líbranos, Señor.

Por la venida del Espíritu Santo Consolador,
- líbranos, Señor.

En el día del juicio,
- líbranos, Señor.


Los pecadores,
- te rogamos, óyenos.

Que nos perdones,
- te rogamos, óyenos.

Que seas para nosotros benigno,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes movernos a verdadera penitencia,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes regir y conservar tu santa Iglesia,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes conservar en la santa religión al Prelado apostólico y a todas las órdenes de la eclesiástica jerarquía,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes humillar a los enemigos de la Santa Iglesia,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes conceder la paz y la verdadera concordia a los reyes y príncipes cristianos,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes conceder paz y unidad a todo el pueblo cristiano,
- te rogamos, óyenos.

Que levantes nuestras almas a deseos celestiales,
- te rogamos, óyenos.

Que recompenses con sempiternos bienes a todos nuestros bienhechores,
- te rogamos, óyenos.

Que libres de la enterna condenación nuestras almas y las de nuestros hermanos, parientes y bienhechores,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes dar y conservar los frutos de la tierra,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes escucharnos,
- te rogamos, óyenos.

Hijo de Dios,
- te rogamos, óyenos.


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
- perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
- escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
- ten misericordia de nosotros.


Cristo, óyenos,
- Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos,
- Cristo, escúchanos.

Señor, ten piedad,
- Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad,
- Cristo, ten piedad.


Padrenuestro (en voz baja)

Y no nos dejes caer en la tentación,
- mas líbranos del mal. Amén.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |