Se hecha, alabada, y eternamente ensalzada la justísima, altísima y amabilísima voluntad de Dios en todas las cosas.
(Por rescripto del Papa Pío VII, de 14 de abril de 1820, esta jaculatoria tiene concedidos perpetuamente cien días de indulgencias, aplicables a vivos y a las ánimas del Purgatorio, cada vez que se diga. Además, indulgencia plenaria cada mes al confesarse y comulgar, para cuantos la reciten durante ese mismo mes diariamente, y otra indulgencia plenaria en el momento de la muerte.)