El rosario es mi oración predilecta, ¡plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad. Con el trasfondo de las Avemarías pasan, ante los ojos del alma, los episodios principales de la vida de Jesucristo.
Los misterios del rosario, en su conjunto, nos ponen en comunión vital con Jesús a través -podríamos decir- del Corazón de su Madre. Al mismo tiempo, nuestro corazón puede incluir en estas decenas del rosario todos los hechos que entraman la vida de la persona, la familia, la nación, la Iglesia y la humanidad. Experiencias personales o del prójimo, sobre todo de las personas más cercanas o que llevamos más en el corazón. De este modo, la sencilla plegaria del rosario sintoniza con el ritmo de la vida humana.
San Juan Pablo II