Todas estas jaculatorias son aplicables a las almas del purgatorio, excepto las que tengan un asterisco (*).
- En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. (Haciendo la señal de la cruz)
50 días cada vez, y si se hace con agua bendita, 100 días.
- ¡Mi Dios, mi único bien! Vos sois todo para mí, sea yo todo para Vos.
* 300 días una vez al día. Plenaria al mes.
- Señor, conservadme la fe.
100 días cada vez con corazón contrito y devoto.
- Oh Señor, haced que os ame y que el premio de mi amor sea amaros cada vez más. (San Ignacio).
100 días una vez al día.
- Padre Eterno, os ofrezco la preciosísima Sangre de Jesucristo en expiación de mis pecados, y por las necesidades de la Santa Iglesia.
100 días de indulgencia cada vez.
- Cúmplase siempre la justísima, altísima y amabilísima voluntad de Dios, y eternamente sea alabada y exaltada en todas las cosas.
100 días de indulgencia una vez al día; plenaria al año diciéndola todos los días, y también en la hora de la muerte.
- Bendito sea Dios.
* 50 días de indulgencia cada vez que se diga esta jaculatoria al oír una blasfemia.
- ¡Jesús!
25 días cada vez. Plenaria a la muerte si se le ha invocado frecuentemente en vida.
- ¡Jesús, María!
300 días cada vez.
- ¡Jesús, María y José!
7 años y 7 cuarentenas cada vez; plenaria al mes diciéndola cada día.
- ¡Jesús mío, misericordia!
300 días cada vez.
- Jesús, Hijo de David, tened misericordia de mí.
100 días una vez al día.
- ¡Oh dulcísimo Jesús!, no seáis mi juez, sino mi salvador.
50 días cada vez.
- Jesús, Dios mío, os amo sobre todas las cosas.
50 días cada vez.
- ¡Oh Jesús!, tened compasión de mí.
100 días una vez al día.
- Te adoramos, Santísimo Señor Jesucristo, y te bendecimos, pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
100 días una vez al día.
- Señor mío y Dios mío.
7 años y 7 cuarentenas cada vez que se diga mirando piadosamente a la Sagrada Hostia en la elevación de la Misa y/o exposición del Sacramento de su Divina Majestad.
- Sea por siempre bendito y alabado el Santísimo y divinísimo Sacramento.
100 días de indulgencia una vez al día; 100 tres veces al día los jueves y días de la octava del Corpus, diciéndola tres veces en dichos días; plenaria cada vez, rezándola todos los días.
- Oh Jesús, para ti vivo. Oh Jesús, para ti muero. Oh Jesús, tuyo soy en la vida y en la muerte.
100 días. Plenaria al mes.
- Jesucristo, Hijo de Dios vivo, luz del mundo, yo te adoro, para ti vivo y para ti muero. Amén.
100 días una vez al día.
- Dulce Corazón de mi amado Jesús, haced que os ame cada vez más.
300 días cada vez.
- Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
300 días cada vez. Plenaria al mes.
- Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros tu reino.
300 días cada vez.
- Corazón de mi amable salvador, haz que arda y siempre crezca en mí tu amor.
300 días cada vez; plenaria al mes diciéndola todos los días.
- Amado sea en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús.
100 días una vez al día.
- Jesús manso y humilde de corazón, haced mi corazón semejante al vuestro.
300 días cada vez.
- Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor.
300 días cada vez.
- ¡Todo por Vos, Corazón sacratísimo de Jesús!
300 días cada vez.
- Corazón de Jesús inflamado en nuestro amor, inflamad nuestro corazón en amor vuestro.
* 100 días cada día.
- Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
- Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
- Jesús, José y María, con Vos descanse en paz el alma mía.
100 días de indulgencia cada vez por cada una de estas tres jaculatorias.
- Oh María, concebida sin pecado, rogad por nosotros que acudimos a Vos.
100 días una vez al día, y llevando la medalla milagrosa los 100 días cada vez.
- Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios.
- Madre de amor, de dolor y de misericordia, rogad por nosotros.
- Dulce Corazón de María, sed mi salvación.
- Nuestra Señora del Pilar, rogad por nosotros.
- Nuestra Señora de Lourdes, rogad por nosotros.
- ¡Oh Madre mía! ¡Oh esperanza mía!
300 días cada una de estas jaculatorias.
- Santa María, líbranos de las penas del infierno.
- Madre del Perpetuo Socorro, rogad por nosotros.
- Reina del Santísimo Rosario, rogad por nosotros.
100 días cada una de estas jaculatorias.
- Ave María Purísima (y también, respondiendo ante quien lo dice: "Sin pecado concebida").
50 días cada vez a los fieles que vivan en dominios españoles.
- Oh María, que entrasteis en el mundo sin pecado, obtenedme la gracia de salir sin pecado de esta vida.
100 días una vez al día.
- Virgen Madre de Dios, María Santísima, rogad a Jesús por mí.
* 50 días una vez al día.
- ¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Acordaos de mí que soy vuestro. Guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra.
* 40 días cada vez que se rece durante las tentaciones.
- Alcanzadnos, Santísimo José, que vivamos una vida sin mancilla, seguros siempre en el amparo de vuestro patrocinio.
300 días una vez al día.
- San Miguel Arcángel, defendednos en la pelea, para que no perezcamos en el día tremendo del juicio.
* 100 días una vez al día.
- Angel de Dios, que por la misericordia divina me fuisteis dado para cuidarme: iluminadme, guardadme, dirigidme y gobernadme. Amén.
100 días de indulgencia cada vez; plenaria al mes diciéndola todos los días, y en la hora de la muerte a los que la hayan dicho frecuentemente.
- Dignaos, Señor, conceder la vida eterna a todos los que nos hacen bien por vuestro nombre. Amén.
* 50 días dos veces al día.
- Corazón divino de Jesús, convertid a los pecadores, salvad a los moribundos, librad a las almas santas del purgatorio.
300 días cada vez.
- Piadosos Jesús, dadles (o dadle) el descanso eterno.
300 días por los difuntos.
- Dad, Señor, descanso eterno a las almas de los fieles difuntos, y la luz perpetua luzca para ellas.
50 días por los difuntos.
- María, Madre de Dios y Madre de misericordia, rogad por nosotros y por los fieles difuntos.
- Santa María Libertadora, rogad por nosotros y por las ánimas del purgatorio.
100 días.
- Señor Dios mío, cualquiera que sea el género de muerte que quieras darme, con todas sus amarguras, penas y dolores, lo acepto desde ahora de tu mano con ánimo tranquilo y alegre.
* Indulgencia plenaria para el artículo de la muerte, a los que lo digan en cualquier día de su vida, con las condiciones de costumbre (confesarse, comulgar, orar por las intenciones del Papa...).
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