Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

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3.7.19

Oración para el mes de julio a nuestra Madre y Señora la Virgen del Carmelo


Virgen Soberana, Gloriosísima María del Carmelo, Madre del Divino Verbo, Templo y Sagrario de la Trinidad Santísima, Gloria de los Justos, Amparo y Consuelo de los afligidos pecadores, Madre singular y amorosa de los carmelitas, de tus devotos fieles y Cofrades, y de todos cuantos visten tu Sagrado Escapulario, a quienes no solo has enriquecido con Dones Celestiales de gracias, con Indulgencias, sino también con tu especial protección en esta vida y en la otra, librándonos, con tu intercesión, de infinitos peligros de cuerpo y alma.

Tú, Virgen Carmelitana, con el favor de la Indulgencia Sabatina libras las almas de tus fieles devotos para que se vean libres de las voraces llamas del Purgatorio.

Tú, Virgen Carmelitana, con tu Santo Escapulario nos ofreces un inexpugnable Escudo contra las infernales astucias, pues estas continuamente experimentan lamentables ruinas, viendo los triunfos que tus devotos consiguen por tu intercesión cada día.

Tú, Madre de los carmelitas, que has depositado en tu Sagrado Escapulario la eficacia de la Oración fervorosa que hicísteis viviendo en este mundo, como cuando, yendo embarcada a Efeso con San Juan Evangelista, y viendo los peligros que les esperaban en las aguas, pedísteis misericordiosamente remedio para todos ellos.

Así, soy consciente y reconozco, mi Gran Señora, que mis cortas y limitadas virtudes no llegan para daros las debidas gracias por Vuestros favores, por lo cual podría decirse que las magnificencias de Vuestros excesivos beneficios parece que nos condenan a vivir ingratos. Por ello, deseando al menos obsequiaros con el depósito amoroso de mi corazón, con el fin de que sus afectos suplan en parte vuestras gracias, favores y atenciones para conmigo (pues como dice San Juan Crisóstomo, solo sabe agradecer el que lo hace con amor), os lo ofrezco con toda la dedicación y generosidad de la que soy capaz para que, logrando los frutos que tu Escapulario y mi adhesión a Vos me ofrecen, mediante la Divina Gracia, pueda besar un día vuestros Soberanos Pies en la Gloria.

Ayúdame a alcanzar esa meta, por Vuestra intercesión ante Tu divino Hijo, con cuya mediación y por sus méritos ruego al Padre que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com