Tiburcio Arnaiz Muñoz nació en Valladolid el 11 de agosto de 1865 en el seno de una modesta familia de tejedores. Dos días después, sus cristianos padres, Ezequiel y Romualda, lo llevaron a bautizar en la iglesia parroquial de S. Andrés imponiéndole el nombre del santo del día.
Con sólo 5 años quedó huérfano de padre y tuvo su madre que ingeniárselas para educar y sacar adelante a sus dos hijos Gregaria y libreto. Cuentan que de niño tuvo un sueño que le impresionó hondamente. Soñó que caía en el infierno. Horrorizado, llamó a su madre. Su madre no lo oía y recurrió a la Santísima Virgen de los Dolores. Acudió esta Madre celestial que cogiéndolo y cubriéndolo can su manto, le dijo: "No caes al infierno, ni caerás nunca".