Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

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15.5.18

Oraciones por los enfermos


San Pío de Pietrelcina, ya que durante tu vida terrena mostraste un gran amor por los enfermos y afligidos, escucha nuestros ruegos e intercede ante el Padre Misericordioso por los que sufren;

asiste desde el cielo a todos los enfermos del mundo;
sostén a quienes han perdido toda esperanza de curación;
consuela a quienes gritan o lloran por sus tremendos dolores;
protege a quienes no pueden atenderse o medicarse por falta de recursos materiales o ignorancia;
alienta a quienes no pueden reposar porque deben trabajar;
alivia a quienes buscan en la cama una posición menos dolorosa;
acompaña a quienes pasan las noches insomnes;
visita a quienes ven que la enfermedad frustra sus proyectos;
alumbra a quienes pasan 'una noche oscura' y no desesperan;
toca los miembros y músculos que han perdido movilidad;
ilumina a quienes ven tambalear su fe y se sienten atacados por dudas que los atormentan;
apacigua a quienes se impacientan viendo que no mejoran;
calma a quienes se estremecen por dolores y calambres;
concede paciencia, humildad y constancia a quienes se rehabilitan;
devuelve la paz y la alegría a quienes se llenaron de angustia;
disminuye los padecimientos de los más débiles y ancianos;
vela junto al lecho de los que perdieron el conocimiento;
guía a los moribundos al gozo eterno;
conduce a los que más lo necesitan al encuentro con Dios;
y bendice abundantemente a quienes los asisten en su dolor, los consuelan en su angustia, y los protegen con caridad. Amén.

20.4.17

Oración para los que cuidan de enfermos


Suele haber muchas oraciones por enfermos pero, sin embargo, muy pocos por quienes los cuidan o para hacer quienes los cuidan, es decir: por quienes los atienden. Si tu profesión es, por tanto, la de cuidar enfermos (médico, enfermera, auxiliar...), o atiendes en casa a familiares ancianos o imposibilitados, haz tuyas estas palabras:

"Mi profesión es casi un sacerdocio. Tengo que luchar contra la tentación de la rutina. No me acostumbraré a ver sufrir. Con la gracia de Dios venceré esa asechanza, que tiende a hacerme tratar a los enfermos como objetos, como 'casos' más o menos interesantes o más o menos molestos. Cada mañana empezaré de nuevo. Cada enfermo o anciano que trato o curo, cada nuevo 'ingreso' en el hospital, es un misterio único, es una persona, tiene su propia historia, su propio mundo, ¡y Cristo ha muerto por él!".

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com