Dios mío, creo firmemente que todo lo llenáis con vuestra presencia, y por consiguiente que estáis aquí, que me veis y me escucháis.
Me humillo ante Vos con profunda adoración, reconociéndome indignísimo de la honra de hablaros, y aún más de que os dignéis hablarle a mi alma -manchada por tantas culpas-. Pero, lleno de esperanza en vuestra misericordia infinita, os pido perdón de ellas pesándome el haberlas cometido, y clamando vuestro socorro para conseguir no volver a ofenderos más.
Yo os amo, mi Dios, pero aumentad en mí la fe y el amor hacia Vos, y suplid con vuestra bondad cuanto falte a mis disposiciones, a fin de que, por medio de la meditación y de la oración, aprenda a conocer vuestra voluntad, cumplir con mis deberes, satisfacer vuestros deseos en mí, y reparar mis culpas.
Estas gracias os pido por Jesucristo mi Redendor.
Amén.
Se concluye con la invocación al Espíritu Santo, para pedir su auxilio:
Nota: Esta oración es muy útil y recomendable para la práctica de la oración mental, diciéndola al inicio de la misma, en la fase de Preparación.
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